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Wednesday soltó una risa burlona antes de ponerse el casco y que el árbitro diera la señal de iniciar el primer combate.

-¿Qué es tan gracioso?- preguntó Kate copiando su acción.

El árbitro sonó su silbato, el combate había comenzado.

-Rompiste su corazón- dijo chocando su espada con la de Kate -Ahora yo te arrancaré el tuyo- fue con todo, ni bien inició el combate.

Wednesday atacó con una furia contenida, cada golpe de su espada era rápido y preciso, obligando a Kate a retroceder y defenderse con dificultad. La audiencia observaba en silencio, asombrada por la intensidad del duelo.

-¿Crees que esto es solo un juego?- gruñó Wednesday, lanzando una estocada que Kate apenas logró desviar. -Rose merece algo mejor que alguien que juega con sus sentimientos.

Kate, respirando con dificultad, encontró un momento para contraatacar, pero sus movimientos carecían de la misma convicción que los de Wednesday. Los pensamientos de su confrontación con Rose y la culpa que sentía nublaban su mente.

-Te haces más culpable mientras más hablas- replicó Kate, intentando sonar firme mientras bloqueaba otro ataque. -Me disculpo si eso es lo que quieres, pero no es tu tema, no te metas.

-No es suficiente- espetó Wednesday, redoblando sus esfuerzos. -Las intenciones no importan cuando el daño ya está hecho.

La intensidad del combate seguía en aumento, los sonidos de las espadas chocando resonaban en el gimnasio. Los espectadores estaban al borde de sus asientos, incapaces de apartar la vista del enfrentamiento.

Wednesday encontró una abertura y desarmó a Kate, derribando su espada. La apuntó directamente al pecho con la punta de la suya.

-Ahora no eres tan valiente como aparentas- ordenó Wednesday, su voz fría y sin compasión.

Kate levantó las manos en señal de rendición, pero de repente lanzó un contraataque inesperado, recuperando su espada y poniéndose en guardia de nuevo.

Wednesday, sorprendida, retrocedió un paso. Sin embargo, sus ojos se entrecerraron y una sonrisa maliciosa apareció en su rostro.

-¿Sabes una cosa, Kate?- dijo Wednesday, su voz baja y provocadora. -Bese a Rose. Y ella se dejó. También me desea a mí.

Kate parpadeó, su concentración tambaleándose por un segundo. Ese segundo fue todo lo que Wednesday necesitó. Con un movimiento rápido y decisivo, desarmó a Kate una vez más, esta vez con una estocada directa que la derribó al suelo.

-No eres digna de ella- susurró Wednesday, su voz apenas audible por encima del ruido del público. -Así que aléjate de su vida para siempre.

Con esas palabras, Wednesday se dio la vuelta y se alejó, dejando a Kate en el suelo, lidiando con una mezcla de furia y confusión.

Cuando todos pensaban que el combate había terminado, Kate se levantó y, de una barrida, derribó a Wednesday, comenzando a golpearla en el suelo. Varios golpes impactaron en su rostro y en su pecho.

Nadie sabía lo que pasaba para que Kate actuara así, pero Nadine se imaginaba lo que estaba pasando.

-¡Basta, Kate!- gritó Nadine, corriendo hacia las dos chicas. -¡Detente!

El árbitro y algunos compañeros de clase también intentaron intervenir, pero la furia de Kate era como un huracán descontrolado. Sus golpes eran desesperados, llenos de rabia y dolor reprimido.

-¡Dije que te detuvieras!- Nadine logró sujetar a Kate por los hombros, tirando de ella hacia atrás con todas sus fuerzas. -¡Esto no es lo que Rose querría!

S E C R E T SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora