Diez [Yoonmin]

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La lista del señor Kim

Cuando Min Yoongi recordaba a sus padres, siempre venía a su mente el momento de su muerte, siempre había sido un muchacho reservado y tímido; en la escuela, le costaba embonar en las conversaciones de sus compañeros, por eso siempre estaba alejado de todos.

Pero uno nunca sabe lo que puedes perder si dejas que la vida se te vaya solo porque sí. El día que sus padres y únicos familiares perdieron la vida, él se encontraba en la escuela, por azares del destino tuvo que avisarle a su madre que ese día llegaría tarde a su casa por una práctica de fútbol.

Por la tarde de ese mismo día al llegar a casa, vio una nota de su madre, que estaba pegada en el refrigerador de la cocina, donde decía que pasaría a buscar a su padre a la oficina y que ellos llevarían la cena, que los esperara, y por último su madre había escrito: "te quiero mi querido Suga", sobrenombre que su madre siempre le decía. Al pasar las horas, tocaron a su puerta dos oficiales de policía y se topó con la noticia de que sus padres habían sufrido un accidente automovilístico mientras regresaban a casa, ambos habían perdido la vida en el impacto, dejándolo a él completamente solo.

El trauma causado por la noticia lo llevó a terapia psicológica, ya que se negaba a creer que las únicas personas con las que se sentía bien, y quienes siempre lo cobijaron en todo ya no se encontraban con él.

Los años pasaron, pero, Yoongi, no superaba sentir el vacío dentro de su corazón debido al fallecimiento de sus padres. Su psicóloga, la doctora Park, era la única persona con la que, con el paso de los años había entablado una amistad; ella siempre lo animaba a que se integrará a algún equipo o buscará inscribirse a algún club, pero Yoongi siempre se negaba, alegando que prefería mejor dedicarse a sus pinturas y que con eso le bastaba.

Una tarde después de su habitual sesión con la doctora Park, esta le entregó en sus manos un folleto de un grupo de apoyo llamado "Los optimistas", eran un pequeño grupo de personas, que, como él, habían perdido a algún ser querido, y lo que trataban de hacer en este grupo era, buscar la manera de regresar la felicidad a sus vidas, estando todos en compañía, ya que solo aquellos que han perdido a alguien, saben bien lo que es sentir ese tipo de dolor.

— ¿Los optimistas? — dijo irónico Yoongi.

— Por años te he pedido que te integres a algún equipo, y tú siempre te has negado. Así que me pareció que este grupo de personas tal vez te siente mejor. Anda, échale un vistazo, no pierdes nada con intentarlo ¿no crees?

Después de leer brevemente el folleto que tenía en sus manos, miró fijamente a la doctora Park y por primera vez en mucho tiempo dijo que tal vez lo intentaría. Se despidió de ella, y salió a la calle para regresar a casa.

Tomó el metro y colocándose sus audífonos en los oídos, se perdió en la música, era lo único que todavía lo hacía disfrutar de verdad, a parte de su pequeña obsesión con la pintura, que fue lo único que conservó debido a su madre, que siempre le decía que cuando fuera mayor sería un gran pintor.

Bajó del metro y caminó un par de cuadras hasta llegar a su casa; la casa que sus padres le habían dejado en herencia, y en la cual todavía vivía por respecto a ellos. Entró y dejó sus llaves, teléfono y bolso en la mesa de la entrada, estaba a punto de ir a la cocina cuando notó que el folleto que la doctora Park le había entregado se había caído al suelo.

Regresó y volvió a colocarlo en la mesa, pero algo dentro de las palabras "La vida es todo eso que pasa mientras estamos preocupados por algo más...", que era parte del eslogan del grupo le llamó la atención, dio un largo suspiro y tomando el folleto se dirigió a tomar asiento en uno de los sillones de la sala.