Harry estaba en la cocina bebiendo un vaso de agua mientras charlaba un poco con la mujer que atendía las necesidades de la casa. Ella se llamaba Aranza y le hablaba sobre una hija preciosa que tenía, le halagaba por ser "guapo" y le decía sin pena alguna que hacía una pareja linda con esa hija suya y que seguramente le daba modelos de nietos, pues que según serían bellísimos.
Harry mantenía sus labios rectos, con ganas de fruncir el ceño.
—Que te lo digo en serio. Ella es muy linda. Seguro le encantaría conocerte.
El guardaespaldas dio un trago más a su vaso, disimulando la mueca incómoda que amenazaba con escapar de sus labios—. Creo que... No es un buen momento para tener una pareja. Pero agradezco su confianza. —decidió responder.
—¡Ah! ¿Y cuándo será momento? —a pesar de que su tono de voz fue elevado, no pareció que se hubiese molestado en absoluto, más bien parecía divertida. Harry parpadeó incómodo cuando Aranza se giró a darle una mirada y después prosiguió en lo que hacía, pulió algunos platos con una franela limpia y los acomodó luego en la encimera. Después tomó el trapeador, para pasarlo por encima del piso. Hacía todo con una velocidad admirable, Harry estaba ligeramente sorprendido—. Ya eres un adulto Harry. Deberías buscar una novia pronto.
Ni siquiera su madre se había atrevido a decir tanto.
No tenía ganas de sonreír, pero lo hizo—. Quizás —por fin terminó su agua y apretó los labios dejando el vaso encima de la barra—. Algún día.
O quizás no, no era muy sociable y apenas hablaba con las personas a su alrededor. Nunca se le había dado bien hacer amigos, mucho menos tener parejas. De hecho, no recordaba la última vez que había realmente conversado con alguien que no fuese su madre. Las conversaciones con personas extrañas tampoco se le daban bien, por eso quería irse de esa cocina cuanto antes, pero Aranza era insistente.
Ella siguió trapeando, moviéndose de un lado a otro.
—Bueno, cuando llegue ese día yo quisiera que tú y mi hija-
Fue interrumpida. Harry volteó a la entrada de la cocina cuando sintió la presencia de alguien más. Recordó que tenía su arma en el cinturón. No se permitía ignorar ese hecho, debía estar siempre alerta.
—Buenos días. —su jefe terminaba de acomodarse la chaqueta del traje que usaba abotonando las mangas de la camisa que le salía por las muñecas. Él le dio una mirada corta e hizo una pequeña seña de saludo con la cabeza.
—Buenos días, señor. ¿Gusta algo para desayunar? —preguntó Aranza acercándose un poco luego de abandonar el trapeador mientras limpiaba sus manos con el delantal que usaba.
El pelinegro negó—. Gracias, no ésta vez —volvió a ver a Harry—. ¿Tienes alguna razón que te impida viajar? La paga será extra y realmente buena. —soltó sin más, con un rostro serio.
Harry parpadeó poco convencido. No podía dejar Londres fácilmente, pero sí que necesitaba dinero extra.
Parpadeó—. ¿Lugar?
—Doncaster.
—¿Por cuánto tiempo?
El pelinegro alzó los hombros.
—No lo sé. Mi esposo quiere visitar a su familia, si no puedes-
Harry tragó saliva, negando.
—Sí que puedo. No es problema.
[...]
Sí que era un problema.
La habitación olía a desinfectante y medicamentos, como cada día que se aparecía por ahí y abría la puerta una vez más.
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Only One | Larry Stylinson
Fanfiction"Dónde Harry es el nuevo guardaespaldas de Louis y pronto hace más que solo protegerlo." • Larry Stylinson. • Harry Tops. • No se aceptan copias o adaptaciones de la historia bajo ninguna circunstancia.