Only One | Larry Stylinson

Capítulo 9

A Harry le ofrecieron una habitación para invitados, ya que después de que Louis se fuera a dormir la casa quedó en total silencio y no hubo nadie más que requiriera de sus servicios. La ama de llaves, de quién sinceramente Harry no recordaba el nombre, le dio las buenas noches después de decirle que había ropa de pijama y una toalla en la habitación que se le ofrecía.

Aunque sentía los hombros tensos y el cansancio en los ojos, Harry rechazó todo. Las cosas estaban tensas y su trabajo era cuidar de su cliente así que prefirió pedir café, comentó que estaría despierto un rato más por algunos asuntos y la ama de llaves no preguntó más. Después de entregarle una bandeja con una taza de agua caliente, un poco de café, azúcar y cubiertos, ella se fue a dormir y lo dejó solo.

Lo acompañaba nada más una pequeña lámpara encendida en la sala de estar, dónde había decidido sentarse a pasar la noche. Después de vigilar a Louis durante unas horas, se dio cuenta de que él estaba tan cansado que ni siquiera iba a despertarse, lo profundo de sus respiraciones se lo confirmaron en su totalidad. Así que mientras Louis no necesitara nada, él podía quedarse en la sala.

Llevaba un rato con el café en la mano sin darle un sorbo observando nada más que la enorme televisión de pantalla plana sin encender que estaba frente a él. No estaba dormitando ni nada parecido, estaba tan despierto que seguía manteniendo la espalda recta y estaba atento a todo lo que sucedía alrededor. Sus años de experiencia le aseguraban lo mejor respecto a protección personal y a la protección para brindar a otros.

Estaba en el trabajo desde que tenía diecinueve años. En aquel entonces nadie había tenido demasiada fe en él debido a su edad y lo único que le acreditó para el trabajo fue su cuerpo robusto y su altura. Era un chico de rostro joven pero cuerpo bien proporcionado que le daban una apariencia para confiar, aunque fue sin duda su habilidad de concentración y enfoque, al igual que su actitud conservadora e indiferente que siempre hacía a las personas dudar sobre él lo que lo puso donde estaba en ese momento.

Fue un poco difícil conseguir a su primer cliente importante, pero lo hizo de alguna forma. Había sido un trabajo difícil según todas las personas que sabían sobre ello. Para Harry fue simplemente dispararle con un arma común a una distancia considerable al francotirador que esperaba paciente arriba de una azotea para asesinar al candidato a la presidencia que Harry estaba protegiendo en un país extranjero. Había estado consciente en su momento, de que seguramente la bala no alcanzaría el objetivo porque era una gran distancia, pero el ángulo justo en el momento exacto fue suficiente. Siempre supo que tenía una habilidad especial con las armas y ahí lo comprobó.

Después de eso ganó honor, agradecimientos y respeto. Y luego simplemente se convirtió en el mejor.

Le gustaba su trabajo, era entretenido y justo lo que necesitaba, pero los problemas comenzaron cuando todo se volvió cada vez más serio, cuando tuvo que proteger a personas demasiado importantes y logró frustrar uno que otro atentado en contra de ellos, entonces su nombre comenzó a ser reconocido y después de un tiempo ya no sólo debía proteger a sus clientes, sino también debía protegerse a sí mismo. Porque una cosa era segura, mientras él cuidase de otra persona, nada le ocurriría a esa persona. A menos que estuviese muerto él primero.

Sabía que muchos querían asesinarlo, era normal, siempre lo tuvo en cuenta cuando aceptó ser un guardaespaldas. No le temía a la muerte, no le preocupaba mucho morir, pero justo en el momento en el que se encontraba en su vida, no se podía permitir morir. La persona a la que le debía la vida entera dependía de él y no tenía a nadie más, así que debía vivir para esa persona.

Al cabo de un tiempo bajó un poco los sumos, y sólo aceptó proteger a personas de bajo rango. A personas que nadie quería dañar directamente. A personas como Louis o Zayn.