Cap 7. Flechas

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 Dimitri se veía como una llama que ardía sobre la nieve mezclado en conversaciones con alfas que cubrían su cuello con collarines, bufandas, chaquetas alrededor de este, abrigos ostentos de pieles y algunos con joyería; formas elegantes para protegerse de ser marcados mientras que él lucia al descubierto la mordida.

Todos vestían extraños uniformes similares a los militares, pero con tonos más oscuros y grisáceos lo que no me pareció extraño teniendo en cuenta de que hoy era un día de cacería.

Era un lugar de ensueño, un castillo antiguo en medio del bosque, afuera no había más que árboles y más árboles, pero adentro abundaba el lujo, por un momento me sentí como un príncipe en algún cuento. Dimitri no dijo que el lugar era suyo, pero los cuadros de su abuelo y demás familiares me lo hicieron saber, así es como descubrí que Buslaw es su primo. Entre toda la hilera de significación familiar había un espacio en blanco en uno de los cuadros y también le faltaba el nombre, Jin y los demás fueron muy chistosos al respecto bromeando acerca de que iría un retrato mío.

Fui curioso y subí a lo más alto, dicen que era la antigua habitación de Dimitri cuando era niño y me costó mucho creerlo pues no había ni un rastro de haber pertenecido a un niño, el color marrón de la madera estaba presente en los armarios, espejos, estantes y cama, en el escritorio solo había libros polvosos y nada más, traté de llevarme un pequeño zapato que encontré en el suelo y luego me arrepentí de haberlo pensado. Salí a ver por la ventana notando banderas hondeando en los árboles que conformaban un círculo perfecto alrededor del castillo con diferentes nombres, la que estaba frente a la vista tenía el de Dimitri y muchos pequeños puntos encerrados en un cuadrado, unos hombres las bajaron y volvieron a izar todas, pero está vez el cuadrado estaba en blanco.

—¿Los puntos son el número de animales que cazan? —preguntó a Tim y este se queda callado antes de responder.

—Sí.

—¡Vaya! —exclamó sorprendido—. Dimitri es un buen cazador.

—El señor fue entrenado desde pequeño —continua Jin—. No es un buen cazador es un buen estudiante— hace un movimiento con la cabeza y veo por la ventana a varios hombres preparándose para partir y entre ellos estaba el pelinegro.

—¿Dimitri no me va llevar con él?

—Me temó que no es posible, las bestias a cazar no son pequeños conejos. — Dimitri lleva la vista hacia arriba observando hacia nuestra ventana y escuchó a Jin reír bajo— El señor quiere que se despida de él.

Bajé algo inquieto las escaleras y por alguna razón mis supuestos guardaespaldas caminaban demasiado lento dejando una larga distancia entre ambos. Busqué a Dimitri por todas partes al salir, al final me fui a un roble, ahí estaba la bandera del alfa así que pensé que tarde o temprano vendría, liberé algunas feromonas para que sintiera mi presencia y finalmente lo vi acercándose con una sonrisa.

—Dimitri —murmuré bajo extrañamente emocionado.

Vestía un traje negro y llevaba una gorra del mismo color, unos zapatos como de montaña con aspecto de goma y su cabello estaba escondido en la gorra, se veía más grande con esa ropa y hasta me puse nervioso con solo verlo.

Levantó una flecha y la disparó en mi dirección cambiando por completo mis pensamientos dándome el susto de mis vidas, el sonido de la madera vibrando ante el impacto se distribuyó y permaneció en forma de pitido en mis oídos. 

—Soy muy bueno disparando ¿no? —Dimitri se acerca y demasiado hasta el punto en que el día soleado se oscurece con su sombra cubriendo mi cuerpo.

—No lo sé. Talvez si te veo cazar pueda saberlo.

—¿Quieres venir? —acaricia mi mejilla y yo le doy un sí—. No puedes. Se un buen prometido y apóyame con tus buenos deseos.

El Nieto De La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora