Cap 6. Mordida

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Alexis está en la prueba de su vida intentando convencer a Jin de cederle el paso, pero este se ha convertido en la reencarnación humana del negativo; su mirada, sus movimientos cada línea dibujada en el rostro gritaba un rotundo «No». Su cuerpo era empujado por Dimitri intentando salir y su mente por el castaño que trataba desesperadamente que le dejará ingresar.

—No voy a dejar que ensucie al jefe. Él no lo quiere a usted.

El sudor y rojo forman parte del rostro de Jin ante el esfuerzo en su misión de detener la entrada y salida de dos seres que deben odiar su acción.

—Me estás faltando al respeto, Jin.

—Y usted le está faltando al respeto al señor Dimitri, también a su confianza y más que todo a su amistad —dice haciendo un gran esfuerzo con el cuerpo casi saltando por los impactos en la puerta.

—Te estás tomando atribuciones que no te corresponden.

—Mire quien habla —le sonríe con las cejas alzadas.

—Jin —alega con un tono genuino de sorpresa.

—Señor Alexis —imita en un tono más chillón entre jadeos en una mezcla entre burla y enojo.

El esfuerzo debía estar afectando su accionar o simplemente se cansó de Alexis, había una tercera opción que explicaba su comportamiento, él le tenía coraje al omega y se está aprovechando para desquitarse, pero bueno todas son especulaciones por parte mía.

—Quiero ayudarlo, su prometido no. Si respetas verdaderamente a tu jefe, déjame pasar.

—Usted mismo reconoce que tiene un prometido y por eso mismo es que no puedo dejarlo pasar. El señor nos va a matar a ambos si usted pasa.

—Tampoco exageres.

—Ya dejen de pelear —me uno a la conversación—. Como su prometido creo que tengo derecho a tomar ciertas decisiones con respecto a Dimitri.

—¿Qué decisiones? —preguntan al unisonó viéndome con sorpresa.

Le quitó el frasco a Alexis y lo tomó de una sin intenciones reproductivas, voy a ingresar para salvar a Dimitri ya que sé con completa certeza que, si se entera que lo entregué en bandeja de plata a uno de sus amigos, él no va a perdonármelo. Él y yo no tenemos que ser amigos, pero por el bien de nuestro compromiso tampoco debe haber enemistad.

—Señor —habla Jin.

—¿Qué? —preguntó limpiándome los labios de aquel liquido agrio.

—El señor Alexis quiere ingresar a la habitación.

Llevó la vista a la puerta y veo como Jin lucha por mantenerse en la misma posición aún con Alexis jalándole el cabello hasta me pareció que quiso agarrarle otra cosa, aunque era una técnica valida para lastimar a un hombre, no era la más ética.

—Voy a entrar, ya no necesitas "sacrificarte" —le digo a Alexis colocándome a un lado—. Su prometido va a cumplir con sus funciones.

Alexis parece haber entendido y se aleja, Jin suelta la puerta y se va corriendo. 

Ingresó topándome con un alfa en estado de locura y debilidad; no puedo evitar que la culpa me envuelva al notar la sangre que ya no solo se escurre de su brazo, sino que ahora también sus manos estaban muy lastimadas.

Por un momento me parece que sus ojos se suavizan al verme y pienso que él está tan desconcertado como yo lo estoy, pero cuando comienza a oler mis glándulas con desesperación la realidad me golpea derrumbando el camino de ilusión que había construido.

El Nieto De La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora