𝐒𝐄𝐂𝐎𝐍𝐃 𝐀𝐂𝐓: be my woman!

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REBECCA SE SENTÍA DESORIENTADA, escuchaba voces lejanas mientras luchaba por mantenerse consciente

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REBECCA SE SENTÍA DESORIENTADA, escuchaba voces lejanas mientras luchaba por mantenerse consciente. Su cuerpo parecía pesar una tonelada y su mente estaba sumida en una nebulosa, como si estuviera a punto de caer en un sueño profundo y sin fondo. La claridad se escapaba de ella, pero incluso en ese estado, y antes de que todo se volviera negro para ella nuevamente, distinguió fragmentos de una conversación que la sacudieron de su sopor momentáneamente.

—¿Me puedes explicar por qué mierda yo tengo que ayudarte a secuestrar a alguien?—La voz de una mujer, aguda y enojada, resonaba en sus oídos, manteniéndola consiente.

—Cálmate, enana. Sólo estamos siguiendo órdenes. —respondió el chico, con un tono de resignación, como si esa discusión fuera un terreno bien conocido para él.

Rebecca intentó abrir los ojos, pero apenas logró entreabrirlos lo suficiente para vislumbrar figuras borrosas a su alrededor. Su cabeza pulsaba con un dolor sordo, y su corazón latía con fuerza mientras trataba de enfocar sus pensamientos. ¿Estaban hablando de ella?

—¿Órdenes? Esto es una locura. No me la creo, Shiki sabe qué pasó entre nosotros. No creo que estaría muy de acuerdo con que la pasásemos juntos, más bien ni siquiera le importa. Así que eres tú el responsable de siempre arrástrame contigo a estas misiones o mierdas sin siquiera preguntarme. ¿Sabes cuántas veces ya hemos terminado por estupideces como ésta? —estaba claramente enojada.

—Sí, ya lo sé. Pero es diferente esta vez, Hermit. Confía en mí —él intentaba calmarla, pero su voz se notaba tensiónada también. El tono que utilizaba era subyacente y no era algo que pudiera ocultar del todo.

Rebecca sintió que la oscuridad volvía a apoderarse de ella, como si un manto pesado cayera sobre sus sentidos. Logró captar una última respuesta antes de desvanecerse por completo.

—Vete a la mierda.

La oscuridad se cerró completamente sobre Rebecca, sumiéndola en un silencio profundo y absoluto. Su mente se hundió en un abismo de inconsciencia del cual no sabía si podría salir.

Cuando despertó, la cabeza aún le palpitaba y su vista seguía aún borrosa. Medio dormida todavía, se dio cuenta de que estaba atada a una silla en una habitación oscura. La única luz provenía de una lámpara colgante que oscilaba suavemente, proyectando sombras inquietantes en las paredes. El ambiente era frío y hostil, y el aire era pesado, esa sensación le hacía sentir fatal. Intentó moverse, pero las cuerdas estaban firmemente atadas, inmovilizándola completamente. El pánico empezó a aflorar en su mente.

Antes de que pudiera comprender dónde estaba, la puerta se abrió con un chirrido y una mujer entró en la habitación. Su presencia era imponente, con una mirada fría y calculadora que hizo que Rebecca se estremeciera. La mujer no dijo nada, simplemente se quedó observándola por unos momentos que parecieron eternos, como si estuviera evaluando cada aspecto de su situación.

❝𝐓𝐑𝐔𝐌𝐏𝐄𝐓❞ shicca edition!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora