𝐅𝐈𝐅𝐓𝐇 𝐀𝐂𝐓: just as I promised.

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REBECCA SALIÓ DEL DESPACHO aún sintiendo su cabeza dar vueltas por el intenso momento que acababa de vivir

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REBECCA SALIÓ DEL DESPACHO aún sintiendo su cabeza dar vueltas por el intenso momento que acababa de vivir. Caminó por el pasillo, tratando de encontrar un camino conocido para ella y encontrar a Happy por la enorme mansión, pero parecía perderse cada vez más en ella. Se dió el tiempo para observar cada detalle de la misma con fascinación, desde la opulencia que tenían incluso los tapices antiguos en las paredes hasta las finas lámparas de cristal que colgaban del techo. Las columnas de mármol con intrincados detalles dorados, los muebles de época cuidadosamente restaurados, y los vitrales coloridos que adornaban algunas ventanas le daban a la mansión una gran majestuosidad que resultaba abrumador.

Se detuvo un momento para admirar un cuadro al óleo que colgaba en la pared. Representaba una escena bucólica, con paisajes verdes y cielos despejados que hacían resaltar la sofisticación del entorno interior, simplemente magnífico. A medida que avanzaba, no podía evitar recordar los besos que había compartido con Shiki apenas unos minutos antes, me parecía tan raro el hecho de que él era el único hombre que no le causaba asco y del cual disfrutaba profundamente de su presencia. Sus labios aún sentían el calor de sus besos, y su piel ardía al pensar en que hasta hace unos segundos le estaba entregando sus caricias.

Justo en ese momento, la puerta al final del pasillo se abrió, revelando a Witch, la madre del pelinegro. Ella era una mujer alta, de figura voluptuosa y elegante. Su cabello verde estaba recogido en un elegante moño, y llevaba un vestido largo de terciopelo negro que resaltaba su figura aún más, se notaba que la fábrica de bebés era de calidad porque el hijo le quedó muy bien hecho.

La fuerte mirada de la mayor se posó en Rebecca, quien se quedó helada por un instante al no saber qué decir. La intensidad de esos ojos azules la hizo sentir como si estuviera siendo juzgada por un tribunal. Bueno poco sabía ella que la mujer era abogada, de haberlo sabido no se habría asustado tanto por cómo la miraba.

Shiki, que había estado hablando con su madre en otra habitación, se acercó rápidamente y su rostro se desencajó al darse cuenta de que tenía a dos de las mujeres más preciadas de su vida mirándose la una a la otra. Sus ojos se movieron nerviosamente entre Rebecca y Witch, tratando de buscar una explicación que no fuera la de que la había sobornado para que viviera con él. Todos se miraban entre todos, una de ellos buscaba una explicación, la otra sólo observaba con curiosidad y el último no sabía ni dónde meterse ¿podía la tierra tragárselo justo ahora?

—Rebecca... —dijo el chico casi sin fuerza en la boca. Sus cuerdas vocales parecían fallarle y no le dejaron emitir sonido alguno más que el nombre de la chica. Dios, llévatelo a ahora antes de que su mamá lo mate.

—Cariño, ¿quién es esta joven? —preguntó observando a Rebecca. La forma en que pronunció cada palabra hicieron que a la rubia se le acelerara el corazón. ¿Y si Shiki era de esos que tenían varias mujeres?, claro ella sólo era una más.

Se imaginó lo peor y en su pecho se agrupó una sensación que jamás en su vida había sentido, y decidida a terminar con aquella sensación respiró hondo y dio un paso adelante, enfrentando la mirada de la mayor, ya era la mujer del Shiki o ¿no?, entonces sí o sí debía marcar al menos un indicio de que lo era.

❝𝐓𝐑𝐔𝐌𝐏𝐄𝐓❞ shicca edition!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora