[CAP 8. ENCUENTRO INESPERADO]

612 50 3
                                    

**Hora de salida**

Yamaguchi: ¡Ah! Estoy tan nervioso... —dijo respirando rápidamente—.

Hinata: —ríe levemente—. No te preocupes, Yamaguchi. Verás que te adaptarás perfectamente al trabajo. No es tan difícil. —dijo sonriente—. Además, yo me encargaré de ayudarte en lo que necesites.

Yamaguchi: Muchas gracias, Shoyo. Necesitaba un trabajo que pudiera compatibilizar con mis estudios y el club. Sin duda, la cafetería me vendrá muy bien.

Hinata: De nada. Vamos, no querrás llegar tarde en tu primer día.

Yamaguchi: ¡Claro que no! —dijo sonriente—.

(...)

**16:30 PM**

Encargado: ¡Tobio! Por favor, encárgate de sacar la basura. ¡Apesta! —gritó uno de los encargados—. Y después, tómate un descanso.

Kageyama: ¡Ah, sí! ¡Enseguida! —respondió, acercándose a los contenedores para sacar las bolsas—.

Bokuto: ¿Te pasa algo, Tobio? —preguntó curioso—. Te ves algo cansado...

Bokuto era uno de los compañeros de trabajo de Kageyama, un Alfa.

Kageyama: N-no... Estoy bien. —dijo suspirando—.

Bokuto: ¿Estás seguro? ¿No necesitas ayuda? —dijo acercándose—.

Kageyama: De verdad, estoy bien. Tú encárgate de lo tuyo, que vas muy retrasado...

Encargado: ¡BOKUTO! ¡ESAS BARRAS DE HIERRO LLEVAN AHÍ COMO MEDIA HORA! ¡NO QUERRÁS QUE TE REDUZCA EL SALARIO! —gritó el encargado—.

Bokuto: ¿Eh? ¡No, jefe, ya voy! —dijo corriendo a seguir con sus deberes—.

Kageyama soltó una leve risa. Después de sacar las bolsas y amarrarlas, observó el reloj que marcaba las 16:40. En ese momento, recordó a aquel chico que irradiaba luz por todos lados. Recordó que trabajaba a esas horas y su curiosidad era tanta que quería ver si era cierto. Durante el tiempo que había estado trabajando, nunca se había pasado por aquella cafetería de colores pasteles, que tenía una imagen amigable y acogedora, además de desprender unos aromas dulces.

Solo quería echar un vistazo, luego se iría a tomar su descanso.

Kageyama se fue por detrás del taller, acercándose a los grandes contenedores de basura del taller, luego pasaría el camión de la basura a recogerlo.

Finalmente, se dirigió hacia la cafetería. De manera disimulada, pasó por delante de ella, observando cómo la cafetería estaba llena de clientes satisfechos con el servicio. Había suficientes mesas y asientos en la barra para los clientes. Aunque algo que notó Kageyama fue que, detrás de la barra, se encontraba aquel chico con una sonrisa, atendiendo a todos los clientes, aunque en sus ojos ya se notaba el cansancio.

MI PEQUEÑO RAYITO DE SOL ☀ OMEGAVERSE (KAGEYAMA X HINATA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora