[CAP 17. ENFRENTANDO PREJUICIOS]

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Rápidamente Hinata se separó avergonzado y Kageyama se sentó apresurado en la cama.

Kageyama: abuela! -dijo sorprendido y con las mejillas levemente sonrojadas- Yo... -

Abuela de Kageyama: Hijo, ya están las galletas... -dijo con una sonrisa- venir al comedor, o prefieren que os traiga las galletas al cuarto? El abuelo está durmiendo, aunque en cualquier momento se despierta, yo os aviso. -Dijo con una sonrisa-

Kageyama: No te preocupes abuela... Ya vamos para allá -dijo con una sonrisa leve-

La abuela de Kageyama asintió con una sonrisa y se retiro. El ambiente en la habitación ahora era cálida y ambas feromonas sincronizaban entre vergüenza y seguridad.

Kageyama: Vamos...? -Hinata asintió y ambos se levantaron de la cama-

(...)

Mientras Kageyama y Hinata se dirigían al comedor, el ambiente había cambiado. Había una sensación de alivio, pero también de vulnerabilidad. Las revelaciones que Kageyama había compartido eran algo que nunca había contado a nadie, y eso lo hacía sentir expuesto, aunque confiaba en Hinata.

Cuando entraron al comedor, la abuela de Kageyama les sonrió amablemente mientras colocaba las galletas recién horneadas en la mesa. El dulce aroma llenaba la habitación, creando una atmósfera acogedora, pero el silencio era palpable.

Abuela de Kageyama: -mirando a su nieto con dulzura- Siempre me ha alegrado ver cómo te has convertido en un joven fuerte, Tobio. Tu madre estaría muy orgullosa. -dijo mientras le ofrecía una taza de té- Sabes... A veces pienso en cómo podrían haber sido las cosas si todo hubiera sido diferente.

Kageyama miró a su abuela con una mezcla de nostalgia y tristeza. Las palabras de su abuela lo tocaron profundamente, pero antes de que pudiera responder, una voz familiar pero desgastada se escuchó desde el pasillo.

Abuelo de Kageyama: -entrando lentamente al comedor- ¿Y qué es lo que tendría que haber sido diferente? -dijo, con una voz ronca y cansada, aunque su tono seguía siendo desafiante-

Abuela de Kageyama: Querido, te he dicho que no te levantes solo de la cama -Soltó un suspiro pesado y se acercó al abuelo de Kageyama para ayudarlo a sentarse en la mesa-

El ambiente se tensó de inmediato. Hinata miró nervioso a Kageyama, esperando su reacción.

Kageyama: -con voz seria, pero calmada- Abuelo, no es momento para discutir. Solo estamos aquí para compartir un rato.

El abuelo se sentó lentamente en la cabecera de la mesa, ignorando el comentario de Kageyama. Su mirada era dura, pero había algo en él que parecía diferente, como si la fuerza que solía imponer en su presencia se hubiera desvanecido con el tiempo.

Abuelo de Kageyama: -suspirando profundamente- Tu madre era obstinada, Tobio... Igual que tú. -murmuró, tomando una galleta- Pero supongo que yo también lo soy. -dijo, sin mirarlo a los ojos- Nunca he sido bueno con las palabras. -hizo una pausa, mirando fijamente la taza de té en sus manos- Cuando ella se fue, me quedé con esa amargura. -dijo, dejando la frase en el aire-

El silencio que siguió fue incómodo hasta que la abuela de Kageyama decidió romperlo.

Abuela de Kageyama: Querido... Él es Hinata, un amigo de Kageyama. -Dijo-

MI PEQUEÑO RAYITO DE SOL ☀ OMEGAVERSE (KAGEYAMA X HINATA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora