[CAP11. EL MIEDO A LO DESCONOCIDO]

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Cliente: Oye, perdona... Te pedí un batido de fresa, y este es de frambuesa. —dijo serio—

Hinata: ¡Ah! Sí, perdóneme. —dijo apresurado, quitando el batido a medio beber de la mesa para ponerlo junto a otro en el mostrador—

Yamaguchi: ¡No, Shoyo! Una clienta me ha pedido un batido de frambuesa... ¡Vendrá en menos de un minuto! ¿Y ahora cuál es el batido de la señora? —dijo preocupado, observando ambos batidos—

Hinata: —soltó un suspiro, agarró el batido y lo tiró al lavabo— Ya está. —dijo frustrado—

Yamaguchi: ¡Ah! ¡Hinata, me has salpicado todo! —dijo molesto— ¿Pero qué te pasa? ¿Por qué estás tan frustrado? ¡Llevas tres días así!

Clienta: Hola, perdona, ¿mi batido? —dijo sonriendo—

Yamaguchi: —volteó rápidamente y sonrió levemente— ¡Claro, aquí tiene! Muchas gracias. —dijo sonriente—

Después de que la clienta se fue, Yamaguchi se giró hacia Hinata con una expresión de preocupación en su rostro.

Yamaguchi: Shoyo, en serio, ¿qué te está pasando? No eres tú mismo últimamente. —dijo con suavidad—.

Hinata: —suspirando y evitando la mirada de Yamaguchi— No es nada... es solo que... estoy un poco estresado, eso es todo.

Yamaguchi: ¿Estresado? ¿Por qué? —preguntó, acercándose—. Si es por el trabajo, podemos hablar con la jefa para ajustar los horarios o algo...

Hinata: No, no es solo eso... —dijo, finalmente levantando la mirada—. Es que... Kageyama ha estado distante últimamente. Ya ni siquiera se junta con nosotros en los recesos de la uni, cuando paso al lado suyo simplemente me ignora... Y a mi eso me duele, ya sabes, después de todo lo que paso...

Yamaguchi: —frunció el ceño, dándose cuenta de la gravedad de lo que estaba escuchando—. Hinata, ¿has hablado con él sobre esto? Tal vez solo está pasando por algo y quiere estar solo.

Hinata: —negó con la cabeza—. No he tenido el valor de preguntarle. Cada vez que intento hablar, siento que me va a decir algo que no quiero oír.

Yamaguchi: Shoyo... sabes que si no hablas con él, solo te harás más daño a ti mismo.

Hinata asintió lentamente, sabiendo que su amigo tenía razón, pero aún sintiendo ese nudo de incertidumbre en el estómago. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar a Kageyama, pero el miedo de lo que podría descubrir lo estaba paralizando.

(...)

Más tarde esa noche, después de cerrar la cafetería, Hinata al no tener entrenamiento esa noche decidió dar un paseo por la ciudad para despejar su mente.

Caminó sin rumbo fijo, pensando en todo lo que había pasado en los últimos días. Las palabras de Yamaguchi resonaban en su cabeza, y aunque sabía que debía hablar con Kageyama, no podía evitar sentirse inseguro.

De repente, se detuvo al ver una luz familiar en una de las canchas de voleibol al aire libre. Su corazón dio un vuelco cuando reconoció la figura alta y oscura de Kageyama, entrenando solo bajo las luces.

Hinata: Kageyama... —llamó en voz baja, apenas lo suficientemente fuerte como para que Kageyama lo escuchara—.

Kageyama: —levantando la vista, sorprendido— Hinata, ¿qué haces aquí? —preguntó, con la misma seriedad de siempre, aunque había un leve matiz de desconcierto en su tono—

MI PEQUEÑO RAYITO DE SOL ☀ OMEGAVERSE (KAGEYAMA X HINATA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora