[CAP7. A CONTRA RELOJ]

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Era un nuevo día en la universidad. Los estudiantes se dirigían a sus respectivas clases, algunos más apresurados que otros debido a su falta de puntualidad. Sin embargo, nadie estaba más retrasado que nuestro protagonista, Hinata Shoyo, quien se había despertado tarde y recién salía de su hogar. El trayecto en bicicleta hasta la universidad era de quince minutos.

Hinata: ¡Agh! ¡No puede ser, cómo me quedé dormido! —exclamó, tomando su bolso de deporte y su mochila—. ¡Adiós, mamá!

Madre de Hinata: Adiós, hijo... —soltó un suspiro pesado—. Ay, este niño... ¡Hey! ¡No vayas a...!

En ese momento, se escuchó un fuerte portazo.

Madre de Hinata: ...tirar la puerta. —dijo suspirando nuevamente, mientras volteaba a ver la mesa del comedor y veía la lonchera que contenía la comida para Shoyo—. Ay, no puede ser...

(...)

Hinata, sin haber desayunado ni recogido su comida, iba en su bicicleta a toda velocidad, llegando en tan solo diez minutos. Al llegar, dejó su bicicleta apresuradamente en el aparcamiento, sin asegurarse de ponerle una cadena de seguridad. Faltaba menos de un minuto para que cerraran las puertas de la universidad, por lo que corrió como loco, logrando entrar justo a tiempo y pasando rápidamente junto al guardia.

Hinata: ¡Con suerte no han cerrado el aula! —decía mientras corría por los pasillos en busca de su aula—. ¡Por favor, que no hayan cerrado!

Al llegar, lamentablemente, sus deseos no fueron escuchados. Las puertas del aula estaban cerradas y, a través de la ventanilla, podía ver que la profesora de comunicación ya estaba dando su clase.

Hinata: Agh... Mierda. —soltó un suspiro—. ¿Y ahora qué hago? —dijo, resignado—. Supongo que me daré una vuelta hasta que empiece la siguiente clase. —dijo, dándose media vuelta y perdiéndose en los pasillos de la universidad con la intención de salir al campus verde.

Cuando Hinata encontró la salida, se acercó a una de las máquinas expendedoras y sacó un batido de chocolate y un sándwich.

Hinata: Al menos tendré algo para desayunar... —dijo mientras se acercaba a una de las bancas del campus y reconocía a un chico de cabello negro, Kageyama—. ¡Hey! —dijo sonriente, acercándose para sentarse a su lado.

Kageyama se sorprendió y soltó un suspiro al ver a ese chico que irradiaba luz y felicidad sentarse junto a él.

Hinata: ¿Qué haces aquí? —dijo, confundido.

Kageyama: Eso mismo me pregunto yo... ¿Otra vez llegaste tarde? —dijo, soltando el humo de su cigarrillo en la cara de Hinata, quien tosió inmediatamente.

Hinata: ¡Kageyama! ¿Qué haces fumando tan temprano? —preguntó, frunciendo el ceño.

Kageyama: Necesitaba despejarme. —respondió, apagando el cigarrillo—. Además, no todos tenemos la energía de un torbellino como tú.

Hinata: Bueno, al menos deberias cuidar más tu salud. —dijo, sacando la lengua en un gesto juguetón.

Kageyama: ¿En serio? —respondió con una sonrisa torcida—. ¿que sabes tu de mi salud? Yo estoy perfecto.... Entonces,  ¿por que llegaste tarde?

Hinata: Pues... Ayer se me dificulto el sueño —dijo en un puchero, pero luego sonrió—. Pero sabes, me alegra verte aquí. —dijo, dándole un pequeño empujón amistoso en el hombro—. Siempre es más divertido con compañía.

MI PEQUEÑO RAYITO DE SOL ☀ OMEGAVERSE (KAGEYAMA X HINATA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora