Día 2. Fantasía & actos de servicio.
Comentario: aquí se hizo una fábula en donde me tomé la libertad de hacer muchas modificaciones, pero se tiene nociones del mundo de Stick of Truth.
I'm gonna keep me all to myself
But he makes me want to hand myself over
— Björk, Pagan Poetry
El Rey Hechicero mantiene una mirada distante en el horizonte. Lidera una oleada de sus más fieles guerreros en caballos, trépidos entre los mantos interminables de nieve. El viento despiadado danza con cuchillas directo a sus rostros, les vuela el cabello y sus ropas, pero nadie parece inmutarse ni un poco por ello.
Su Alteza dedica cada latido desbocado de su corazón al Rey de los Elfos. A ese maldito.
Ya nadie recuerda durante cuánto tiempo se ha desatado el agravio, tanta oscuridad. La gente común no se rige con el tiempo de la nobleza mágica, de modo que es difícil recordar.
Sólo los locos han juntado las piezas y en ocasiones se les escucha pregonar la verdad, algo que luce como presunta fantasía para los más escépticos. Pero no es nada más que la pura verdad.
Antes de todo el caos de la actualidad, milenios pacíficos marcaron vastos territorios. Se decía que no hacía falta mayor faramalla para que los dirigentes de los Reinos del Sur (South Realm) se reunieran. Su alianza no tenía precedentes y hay versiones donde perjuran que esos cuatro líderes eran mejores amigos. Se convocaban en territorio neutral: las tierras de un paladín dorado, apodado Butters. Ese leal caballero se encargaba de que ellos tuvieran la mejor estadía y a cambio los seres poderosos decretaban eras de paz y daban los recursos para que hubiera más prosperidad, a cargo del noble paladín.
El primero en llegar era el Rey de los Elfos: Kyle, el Severo. Se caracterizaba por su rectitud, sin quedar fuera de los modales típicos de los elfos. Butters de inmediato reconocía que habría reunión cuando de repente comenzaba a llover y no paraba por días. Se trataba del elfo noble anunciando su llegada. Cuando paraba la lluvia, la flora del territorio resplandecía y era el momento en que Kyle bendecía a todos con su presencia. Dos elfas, las más poderosas del reino elfo, se quedaban al lado de su rey en todo momento, sobre todo en la entrada a tierras neutrales, ya que Kyle saludaba a los súbditos que se animaban a recibirlo con calidez.
Desde ese momento el Rey Elfo le entregaba regalos y bienes al paladín dorado, y éste se encargaba de distribuirlo a la gente al anochecer. El Elfo entonces les regalaba auroras boreales durante toda su estadía y al finalizar dejaba agua cristalina en los ríos y mantos acuíferos, un pasto terso, árboles macizos con todo tipo de frutas y verduras, además un clima espléndido que solía durar meses.
Mientras Kyle esperaba al trío, traía con magia su estudio para investigar de pociones y embrujos. Era un intelectual de alta resistencia y de puro milagro se le veía asomando la nariz al exterior, a veces en mercados donde podía encontrar ingredientes muy específicos para sus propósitos. Pero siempre respetaba el Castillo de los 4, el lugar de reunión.
Por lo general, en esa misma noche llegaba el Rey de los humanos, Stanley II, el Caballero. Las fiestas empezaban a pulular en ese territorio, a razón de lo que había obsequiado Kyle. Todos echaban la casa por la ventana, no escatimaban recursos ni se limitaban, porque a menudo solía ocurrir que el segundo dirigente en llegar se presentaba en medio de la mejor celebración. Poca gente podía presumir de ello, pero Stanley había hecho de su presentación un motivo para emborracharse, sinceramente.
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Kyman Week 2024: Glimpse of us
Fanfiction1 a 7 de julio de 2024 Prompts dedicadas a mi querida OTP, el Kyman. Entradas: Día 1: Crimen / Contacto físico Día 2: Fantasía / Actos de servicio Día 3: Western / Espacio personal Día 4: Musical / Regalos Día 5: Thriller / Tiempo de calidad Día 6:...