6. Un pequeño embrollo

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"Waves of frightening feelings, floating, weightless.
I'm willing, my will keeps bending and breaking. Hold me,
trust me. Let me ride in your love all night, babe. Let me ride
in your love all night, babe. Hold me, touch me. I wanna die
in your love all night, babe. Lost in your light, baby.
I wanna stay right here all night".

-Lost In Your Light, Dua Lipa.

Intento dormir, pero no lo consigo. No a pesar de que seguramente ya es de madrugada.

Creo que ya me siento un poco mejor. No lo sé. Al menos, no me visto en la necesidad de regresar al baño desde que me acosté en la cama.

Volteo una vez más, y miro hacia el sillón, donde él está acostado. Tiene los ojos cerrados, pero no parece que esté dormido del todo.

Me pregunto si de verdad ha conseguido acomodarse en esa cosa. Suele ser cómodo para sentarse un rato a leer o hacer la tarea, pero dudo mucho que lo sea también para dormir.

De repente, es como si mi constante mirada consiguiera inquietarlo, porque veo que abre los ojos y me atrapa mirándolo.

Se incorpora, mientras suelta un bostezo.

—¿No puedes dormir?

Niego con la cabeza.

—¿Sigues sintiéndote mal?

—No, ya no del todo. Solo no puedo dormir.

Me mira, y parece indeciso. Pero, termina levantándose para acercarse. Se sienta en la orilla del colchón.

—Puedo leerte un cuento para dormir si quieres.

Me río, y también distingo su sonrisa a través de la oscuridad.

Me mira, y sus ojos bajan, me recorren la cara despacio. Veo sus labios entreabiertos. Y no sé si es el alcohol, pero puedo notar la manera en que se le dificulta la respiración con una idea que parece cruzarle por la cabeza. Lo veo en la manera en que incrementa el ritmo cuando se le escapa por la boca, rozándole los labios.

Contengo el aliento, porque siento cómo comienza a surgir el deseo que palpita con fuerza dentro de mí. Crece con cada latido, con cada vez que el aire me roza las fosas nasales. Crece con la cercanía, con la tentadora idea de querer saber cómo se sentirá que sus manos pasen sobre mí. Sentir el calor de su piel tocándome.

Cuando menos me doy cuenta, mi mano ya está tocándole la cara. Mi pulgar pasa por su mejilla, por el ligero rastro áspero de barba que comienza a formarse, y baja por la línea de su mandíbula. Entonces..., cuando mi pulgar pasa por su labio inferior; algo surge. Una sensación tentadora y placentera dentro de mi pecho que se expande por el resto de mi cuerpo.

Lo veo tragar, su respiración choca contra mi dedo.

—Quizá —murmura, noto que su voz se vuelve un tanto profunda. Más ronca—. Quizá, deba regresar al sillón y...

Niego con la cabeza.

Porque ahora es mi cuerpo el que se niega a que Nate se marche.

Es como si una extraña necesidad me poseyera. Como si sentirlo cerca se volviera tan vital como respirar.

Contengo la respiración. Y cuando menos me doy cuenta, ya estoy incorporándome y acercando mi cara a la suya.

No lo veo intentar apartarse. Y cuando su boca toca la mía, me recorre una poderosa y electrizante corriente de energía. Es como si todo mi cuerpo reaccionara con el toque, con el calor de su boca, y con su sabor.

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