Capítulo 121 - 100m hasta el lugar para convertirse en el Príncipe Heredero...

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<100m hasta el lugar para convertirse en el Príncipe Heredero Imperial (1)>

Mi confinamiento terminó tan pronto como Elise abandonó el Palacio Imperial.

*

El sol de agosto era brillante. Cada día en el Palacio Imperial se sentía como una fiesta.

Los nobles entraban libremente en el palacio para visitar el jardín y el invernadero.

Mientras se confirmarán sus identidades, incluso los plebeyos podían entrar en el palacio ahora mismo.

Había lujosas decoraciones y té por todo el palacio para los invitados.

Todo esto se debía a que era D-3.

"¡Wow! ¡Es verano!".

Christelle estaba abrazando a Demy mientras gritaba de emoción.

La miré en estado de shock antes de reírme y mirar a Percy, que estaba encima de la mesa.

Eva y Sand, que se habían acercado entre si, se habían ido a un lugar lejano del jardín del Palacio de la Emperatriz y no podían verse.

Parecían estar paseando a Rhea y Perry. Sand definitivamente no era tan tímido como antes.

Incluso dijo que extrañaba a la gente durante su arresto domiciliario.

La vicecapitana Élisabeth y el marqués François Duhem, que estaban sentados al otro lado de la mesa, charlaban sobre portales, militares y otras cosas aleatorias por el estilo.

"Por favor, coma mientras conversa, su alteza".

"Gracias".

Ganael puso un lindo choux en un plato que empujó hacia mí.

Probablemente los trajo de uno de los croquembouches ubicados alrededor del jardín.

Alterné sorbos del sabroso té de cardo y el dulce bocadillo mientras continuaba charlando con Percy.

Tenía el cuaderno en la mano.

"¿Cuándo te transformarás? ¿Solo cuando el hermano mayor está en grave peligro?"

– Piruuuuuuuuuu

"No voy a hacer nada. Solo quiero charlar".

– Piiiii, pipi

"Sí...... Está bien. Hazlo cuando quieras hacerlo".

El pecho de Percy se movía hacia arriba y hacia abajo de una manera descarada.

Le acaricié la cabeza con el dedo índice y dejé de persuadirlo.

El príncipe imperial Cédric, que estaba bebiendo un espresso a mi lado, frunció el ceño.

"¿Entiendes las palabras de un objeto divino?"

"No, su alteza real, pero hay ciertos matices".

"......"

"Momentos en los que parece que no les gusta algo y momentos en los que parece que sí les gusta. Lo mismo ocurre con las bestias divinas, Alteza Real".

David trajo una caja extravagante y la colocó frente al Príncipe Imperial mientras yo respondía.

El Príncipe Imperial y yo miramos hacia él al mismo tiempo. Podíamos ver las joyas que brillaban bajo el sol.

Cada uno de ellos era del tamaño del puño de un niño.

'No es broma'.

"Estas son las opciones de broche para su capa, Su Alteza Real".

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