El saco de boxeo se balanceaba violentamente cuando Chiara lanzó un sólido combo. El sudor caía por su frente mientras rodeaba el saco, intensificando su asalto con golpes más fuertes y rápidos en cada movimiento. Su cuerpo zumbaba, liberando la energía contenida en su interior.
—Esto. Es. Una. Mierda —gritó entre impactos.
Tres semanas. Habían pasado tres semanas interminables desde su última pelea como cabeza de cartel. Desde entonces, no había recibido ninguna llamada para volver al ring. Si formar parte de la plantilla principal significaba esto, empezaba a cuestionar si preferiría su antiguo estatus. Todo lo que obtenía a cambio era un silencio absoluto de Viktor y su asistente, Zoe.
Ruslana, observando en silencio desde un lado, se cruzó de brazos y suspiró.
—¿Por qué no nos tomamos un descanso, Keeks?
Chiara extendió el brazo y atrapó el saco justo cuando este oscilaba hacia ella nuevamente. Lo abrazó, intentando recuperar el aliento, mientras unos mechones de su coleta desordenada se le pegaban en la cara por el sudor. Cerró los ojos, buscando calmar su ritmo cardíaco.
—¿Estás bien?
Después de un momento, abrió los ojos y miró a su entrenadora.
—Eso depende de sobre qué estés preguntando.
—Ya hemos hablado de esto. No eres la primera ni serás la última en ser mandada a la grada. Casi todos han pasado por lo que tú estás pasando ahora.
—Tú no —desafió la morena.
—Bueno, pero yo soy yo —respondió Ruslana, intentando aligerar el ambiente.
Chiara puso los ojos en blanco y empujó el saco, dejándolo oscilar.
—Da igual. Sigue siendo una mierda. Alguien como yo, que ha estado invicta, merece una oportunidad.
Estaban en una parte tranquila del gimnasio, con algunas personas entrenando en colchonetas a cierta distancia. Chiara caminó hacia su bolsa de deporte y se sentó, quitándose los guantes y lanzándolos a un lado. Cogió su botella de agua, enfadada, y abrió el tapón para beber. Sus ojos se dirigieron a Ruslana, que se acercó para sentarse a su lado, con una expresión divertida en el rostro.
—Intenta ver el lado positivo, Keeks. Si entrenas duro estas semanas que no tienes pelea, volverás más fuerte. Honestamente, creo que es lo mejor para ti.
—Gracias, traidora.
Ruslana puso los ojos en blanco y adoptó una expresión seria.
—En serio, Keeks, como entrenadora y amiga: no estás lista.
Cuando Chiara abrió la boca para protestar, Ruslana levantó la mano para detenerla. La morena dudó un segundo, pero luego dejó caer los hombros, permitiendo que su entrenadora continuara.
—Es evidente que has mejorado en fuerza y resistencia —elogió Ruslana—. Pero estas últimas semanas has descuidado tu técnica y no has estado tan concentrada como deberías.
—Supongo que ya tienes tu propia teoría al respecto —dijo Chiara, sabiendo que la pelirroja la conocía mejor que nadie.
La soviética se encogió de hombros.
—Las únicas veces que actúas así es cuando algo te inquieta. Sea lo que sea, debe ser importante.
Chiara desvió la mirada, interesándose más en su botella de agua.
—¿No has considerado que simplemente estoy frustrada por no pelear?
—Sí, pero te conozco. Sé que es algo más profundo.
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Último Round // Kivi
FanficCuando Violeta descubre que su ex mejor amiga Chiara ha vuelto a Madrid y se ha involucrado en un oscuro club de boxeo clandestino, no puede evitar buscarla. Necesita respuestas sobre su repentina desaparición en el pasado, pero lo que descubre podr...