*8 años atrás*
—Todavía tenemos por delante mucho que experimentar y mucho que aprender. A medida que avancemos en nuestras vidas, estoy segura de que ninguno de nosotros olvidará las memorias que hemos creado aquí y las recordaremos con cariño. Sin embargo, no podemos dejar que solo esos recuerdos definan quiénes somos. A veces es difícil dejar ir, pero es necesario hacerlo para poder estar listo para abrazar algo nuevo...
Violeta observaba a la multitud desde su asiento en el escenario, escuchando de manera intermitente uno de los discursos de despedida de otra alumna del instituto.
Bajo la pesada luz del sol, veía a sus compañeros en sus sillas, atentos. La mayoría no podía contenerse, sabían que este era uno de los últimos discursos, el suyo sería el último. Después, solo quedaría escuchar sus nombres, uno por uno, y caminar al escenario para recibir el diploma que certificaba que habían terminado el bachillerato.
Era un momento que había imaginado tantas veces. Un momento que marcaría el principio de su independencia, la separación definitiva del éxito de su padre. Un hito que la haría sentir eufórica, como siempre había soñado cuando era niña. Esperaba sentir mariposas en el estómago, una oleada de alegría, esa sensación abrumadora de haber alcanzado algo grande.
Pero no sentía nada. Nada, excepto la ausencia de Chiara.
La buscó por todos lados antes de que comenzara la ceremonia, pero no había señales de ella.
Arrepentimiento. Eso era lo que sentía.
Se arrepentía de haber ido a esa fiesta estúpida y de haber arrastrado a Chiara con ella. Recordaba la náusea que sintió al despertar la mañana siguiente por todo lo ocurrido. Aunque algunos detalles de la noche seguían siendo borrosos, recordaba haber interrumpido una discusión entre Miguel y Chiara. Recordaba haber sacado a Miguel afuera para calmarlo, y recordaba haberse ido con él.
Por una noche, decidió ser imprudente, y acabó siendo una de las peores decisiones de su vida. Cuando su mejor amiga, con razón, la reprendió por lo sucedido, se sintió aún más avergonzada, y, en su frustración, explotó contra ella.
Una vez pasada la ira inicial y el dolor de la discusión, se dio cuenta del peso de sus palabras. La imagen de Chiara, con el rostro marcado por el sufrimiento, la perseguía constantemente. Lo único que había querido era herirla tanto como se había sentido herida, pero había ido demasiado lejos. Ahora estaba claro que ella era la principal culpable de la ausencia de su amiga en ese día tan importante.
Verla la noche anterior en comisaría casi rompió su corazón. Aquellos ojos verdes, siempre tan brillantes y llenos de vida, ahora estaban apagados, cansados, derrotados... rotos.
Lo que más lamentaba era no haber dicho nada. Tuvo la oportunidad de intentar hablar con ella durante esas semanas en las que no se vieron ni hablaron, incluso la noche anterior cuando Chiara bajó del coche y corrió hacia su casa. Pero, aunque no supiera qué decir ni por dónde empezar, cualquier cosa habría sido mejor que no decir nada. Ahora sentía que había perdido esa oportunidad.
El sonido de los aplausos la sacó de sus pensamientos. Automáticamente, comenzó a aplaudir también. Su compañera terminó su discurso y se apartó del atril. Radiante, se sentó junto a Violeta y se giró hacia ella, emocionada.
—Ha sido bastante estresante, pero lo he hecho bien, ¿verdad?
—Lo has hecho genial —la tranquilizó, acompañando sus palabras con una sonrisa. Se sentía horrible por haberse distraído tanto en sus propios pensamientos que apenas prestó atención al discurso de su compañera.
—Gracias. Estoy segura de que tú también lo harás genial.
Violeta volvió la vista hacia el frente. La directora se había levantado y se acercaba al atril.

ESTÁS LEYENDO
Último Round // Kivi
FanficCuando Violeta descubre que su ex mejor amiga Chiara ha vuelto a Madrid y se ha involucrado en un oscuro club de boxeo clandestino, no puede evitar buscarla. Necesita respuestas sobre su repentina desaparición en el pasado, pero lo que descubre podr...