Capítulo VII

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Despierta...

Una voz desconocida te llamaba desde la lejanía, una voz anciana y ronca la cual todavía no lograbas reconocer o identificar, ¿acaso tu abuelo, al cual no habías logrado conocer debido a su avanzada edad, te estaba hablando desde el más allá?

Dije que te despiertes...

El tono ligeramente irritado en aquella voz te hacía pensar que tu abuelo debió ser una persona con un fuerte carácter.

¡LEVÁNTATE YA!

Repentinamente despertaste algo tenso debido al extraño grito, que no lograbas percibir en tus oídos, pero si que lo escuchabas rebotando una y otra vez dentro de tu cabeza, algo verdaderamente extraño.

No pudiste seguir pensando en aquella voz pues acababas de recordar algo que te preocupo.

Tn: ¿Carol?... ¡¿Carol?!... ¡¿Carol dónde estás?!

Comenzaste a llamarla notablemente preocupado al notar su ausencia en el lugar, ya no estabas en aquella habitación donde la conociste por primera vez, ahora estabas en una habitación nueva, un poco más espaciosa que la anterior, y sin aquellas ataduras restringiendo tu movimiento, pero eso no te quitaba la sensación de estar privado de tu libertad.

Después de analizar un rato la habitación notaste que justo en el centro se encontraba una gran mesa con un mantel blanco, y sobre este se hallaba una gran variedad de platillos.

Un enorme y jugoso bistec bañado en salsa de champiñones y acompañado de ensalada de papas, un salmón ahumado junto con arroz y verduras salteadas, costillas de cerdo bañadas en salsa BBQ, camarones rellenos con queso, jamón y tocino, un enorme y jugoso pollo a la naranja, una bandeja repleta de sándwiches de jamón, pavo, atún y ensalada de huevo, langosta al vapor con mantequilla y ajo, sopa de tomate junto a unos enormes bollos recién horneados, pastel de carne, pan de maíz, espagueti a la boloñesa, y otros tantos platillos más que no estabas seguro de lo que eran, pero que a la vista se notaban que eran bastante apetitosos, además en la mesa también había una gran cantidad de bebidas, desde simple agua mineral hasta botellas de vino junto a sus respectivas copas, un enorme tazón lleno de una gran variedad de fruta fresca, y por si fuera poco en el centro de la mesa se hallaban reposando tres postres diferentes, un pay de queso con limon y merengue, una tarta de cerezas, y un pastel de chocolate.

Ver toda esa cantidad de alimentos servidos sobre la mesa era un deleite para tus ojos, parecías estar dentro del sueño de todo gordo, inevitablemente tu estómago comenzó a gruñir con la fuerza del rugido de un león, exigiendo que consumieras cuanto antes todo lo que estuviera a tu alcance.

Tn: No puede ser.

Lentamente te fuiste acercando hacia la mesa sin poder creer que todo esto fuera real, se te comenzó a hacer agua la boca cuando el aroma de los distintos platillos inundaron tus fosas nasales, después de tantos días consumiendo aquella porquería a la que ellos llamaban suplemento era una bendición tener frente a ti verdadera comida humana.

Como el pollo era el plato más cercano a tu ubicación te disponias a tomar una pieza, o a toda el ave de una vez, al fin y al cabo eras el único en la habitación, o al menos eso era lo que tú creías.

No lo hagas...

Nuevamente aquella vieja voz se hizo presente en tus pensamientos, esta vez impidiendo que tomarás tus sagrados alimentos.

Feromonas (Skullgirls Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora