Feromonas (Skullgirls Harem)

Capitulo III

La sensación del frío y afilado objeto cortando tu cráneo fue simplemente horrible, te pareció como si hubieran durado horas simplemente removiendo aquella parte de tu cabeza, no sabías si lo estaban haciendo lento por precaución o por diversión, pero sin duda no fue una experiencia nada agradable.

Después de eso tuviste unos breves momentos de calma, según un comentario de Valentine el cerebro no tenia receptores de dolor, por lo cual la extirpación del tumor debía ser indolora, pero tanto la enfermera como el robot tenían la intención de hacer el proceso lo más doloroso posible, por lo cual durante toda la cirugía usaron una serie de agujas para estimular zonas específicas de tu cerebro y así hacerte daño de forma "psicológica".

Primero sentiste una fuerte picazón por todo el cuerpo que a los pocos minutos paso a sentirse como si te estuvieran quemando vivo, luego experimentaste una especie de frío tan intenso que sentiste un fuerte dolor en las extremidades, así hasta que sentiste como si se hubieran echo pedazos.

Después sentiste como si te estuvieras sumergiendo en agua, solo para darte cuenta de que estabas experimentando la sensación de estarte ahogando, podías jurar que tus pulmones se estaban llenado de líquido en ese momento, aunque siguieras sentado en aquella silla.

Luego de toser como un fumador crónico un olor nauseabundo inundó tus fosas nasales, a la par que un sabor horrible llenaba por completo tus papilas gustativas, terminaste vomitando un poco de tus jugos gástricos por el inmenso asco que experimentaste en esos momentos, y la sensación de tu garganta quemándose por el reflujo había sido lo de menos.

Lo peor de todo fue que hubo un momento donde dejaste de sentir a tu corazón palpitando en tu pecho, nuevamente el frío recorrió todo tu cuerpo y poco a poco tu visión se volvió borrosa hasta el punto de que todo se había vuelto negro.

—————————

Al cabo de unas horas terminaste despertando en la misma silla de operaciones con una fuerte jaqueca, sujetado por varios cinturones y nuevamente con una cinta en la boca.

En ese momento no pudiste evitar soltar varias lágrimas por la desesperación, deseabas haber muerto durante el proceso, pues algo en lo profundo de tu ser te decía que pronto volverías a ser torturado, posiblemente peor que antes.

——————————

Pasaron aproximadamente dos días en los que estuviste completamente solo en esa habitación, tu única compañía era un foco de luz fluorescente el cual te lastimaba los ojos.

Te parecía raro que en un principio el hombre robot hubiera dicho que no quería perder a su mejor creación y que durante todo ese tiempo no te hayan proporcionado de algún alimento, o que siquiera revisaran tus signos vitales.

Duraste un tiempo preguntándote si eso era parte de tu tortura o si realmente no les importabas, hasta que repentinamente la compuerta se volvió a abrir, mostrando al hombre máquina y a la enfermera exhibicionista, llegaron hablando entre si de cosas que tu no lograbas comprender, lo único que sabías es que lo que estuvieran a punto de hacer a ti no te iba a resultar nada bonito.

Estos tenían consigo varias herramientas quirúrgicas, además de que tenían dos frascos, uno pequeño con una cosa morada flotando en alguna clase de líquido, no era la gran cosa, pero el segundo tenía algo como una especie de raíz, cuya forma te hacía recordar a un feto humano, además de que tenía una etiqueta con algo escrito, pero no alcanzaste a ver que decía exactamente.

Valentine: ¿Me podrías volver a explicar de dónde conseguiste este parásito?

Brain Drain: Me encontraba haciendo una investigación en Rumanía cuando me encontré a un hombre extremadamente corpulento que me obsequio una muestra de una masa fúngica, dejé la muestra guardada durante un tiempo hasta que por mera casualidad decidí revisarla y note que había aumentado exponencialmente su tamaño, luego de varios análisis y pruebas descubrí que sus propiedades patógenas podían alterar la fisiología humana de forma casi evolutiva.