Biografía de lo absurdo

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Sé algo de mí, la verdad. Nací en mayo, en una isla en el centro del Caribe. Hablo español. Después de dos vasos de agua dejo de lucir más o menos delgada.

Sé que hay potencial debajo de todo esto. Que soy alta. Que tengo lunares de muchos tipos. Que, no importa lo mucho que me esfuerce, mi pelo nunca va a tener muchas ondas.

Antes pensaba que los adultos eran algo aburridos, porque hay demasiadas cosas magníficas que ver y todos siguen de la casa al trabajo. Hoy entiendo que esas "grandes hazañas" (que son, de hecho, más que realizables) como hacer paracaidismo o visitar Noruega, siempre se van a quedar como esas ideas que surgen bajo la ducha: olvidadas cuando salgas a la realidad y veas que te cortan el agua. Y por eso, aunque tengas muchas ganas, le das al play a otro episodio de Bridgerton.

Quizás, si dejásemos de echar panza en el sofá (y de sacar cuadritos en el gym), podríamos cumplir los sueños pendientes. Si mirásemos por dentro en lugar de con los ojos, podríamos cambiar esta mierda de sociedad. Porque entre todas las cosas que están mal, idealizar al mundo es una de las menos malas.

Girasoles BlancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora