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GRACE ALLAN 

Salí de mi última clase y me reuní con Ally, Gab y Daphne. Fuimos a las taquillas, ellas tenían que coger sus cosas, y yo colocar las mías.

Me esperaron pacientemente mientras acababa de ordenar todo, hablando sobre cualquier cosa que se nos ocurriese. Acabé, y nos íbamos a ir, pero nos cruzamos con la del pelo teñido y su amiguita la rubia. Se pararon delante nuestro, yo las iba a pasar por el lado, pero mis amigas se quedaron quietas delante suyo, así que hice lo mismo.

- ¿Qué pasa, Ally? ¿Ya has encontrado otra obsesionada con el librito ese que tanto te gusta? No has podido resistirte a la tentación, ¿no? Has venido directa a por los de tu especie. - dijo la chica del pelo teñido.

- Cállate, Eleanor. - ¿se llamaba Eleanor? Que nombre más terrible. Ahora que lo pienso, si que lo dijo en lengua.

- Ay, me puedes llamar Ela, - vaya, el apodo es aún peor - no me gusta que mis amigas me llamen por mi nombre completo. - le dijo a Ally, poniendo un claro énfasis en la palabra amigas.

¿Eran amigas? No podía ser, Ally me había dicho que era una pija malcriada. ¿En serio eran amigas? Entonces me di cuenta de que las tres las estaban mirando con una cara de asco tremenda, que difícilmente se podía superar. Ahh. No eran amigas. Eso tenía más sentido. Debería prestar más atención, era obvio que no les caía bien. 

- No me mires con esa cara, ¿o es que se te a olvidado que hay que respetar a tus superiores? Más te vale ir borrando esa... - Empezó a decir Eleanor.

- ¿Superiores? - interrumpió Daphne con una estridente risa sarcástica - Por favor, si te pasas las noches rezando por llegarnos al menos a los tobillos.

Ay, cada segundo me caían mejor. Eso mismo habría dicho yo hace un año y medio.

- ¿Y tú para que te metes, perra? - preguntó Brooke con furia.

- ¡No vuelvas a llamar así a mi amiga! - gritó Gab.

Eso si que me sorprendió, ¿Gab gritando? La conocía de hacía poco tiempo, pero parecía una persona apacible y tranquila. Habladora, pero muy tranquila. A Daphne si que se le veía que era más fácil de enfadar, pero, ¿Gab? De todas las personas que conocía, era, probablemente, la que menos pensaba que haría eso, después de Ally y de mi madre. 

Tomé una nota mental de no insultar bajo ningún concepto a las amigas de Gab, aunque, de todas formas, no lo iba a hacer. Al menos de momento, sus amigas, eran mis amigas. Mis únicas amigas.

- ¿Y qué me vas a hacer? ¡Qué tú tampoco eres más que ella! - el grito de Brooke me sacó de mis pensamientos. 

¿No podían callarse ya e irse a su puñetera casa? Me estaban empezando a enfadar. ¡Qué se callasen de una puta vez! Que no es tan difícil. 

- ¡Cierra el pico! ¡Si es que lo que tienes es envidia! Que tú si que eres una real perra. Su perrito faldero. Que te dedicas a ridiculizar para que se fijen en otros y no en ti, y tu amiga, que sois las dos unas cobardes de mierda. - le espeté con rabia. El asco que me daban se notaba en mi cara, lo enfurecida que estaba, en mi voz.

No me pude contener, y cuando me quise dar cuenta, ya se lo había gritado a la cara a estas dos pijas. De verdad que fue sin querer. No era mi intención gritarles, y menos decirles todo eso, aunque claramente se lo merecían. 

Las cinco, sí, mis amigas también, me miraron con cara de sorpresa. La verdad es que yo probablemente estaría más sorprendida que todas ellas juntas. Antes no habría tenido problema de hacer eso. Tenía más confianza en mi misma. El año pasado... Todo eso se había ido  a la mierda. Esa fue la razón por la que estaba extrañada. No dejé que ninguna lo notaran, lo hecho, hecho está, y no podía viajar a el pasado para cambiar lo que les acababa de gritar, así que, al menos, haría parecer que lo hice aposta, para ver si se iban.

Daphne fue, aparentemente, la primera en procesarlo, y sonrió. Sí. Sonrió. Sonrió por lo que acababa de gritarles. Mis otras dos amigas seguían con cara de sorpresa, pero nada comparado con Brooke y Eleanor. Lo suyo era insuperable. ¡Ay sus caras! No tenía el móvil a mano, pero si lo tuviese... Pobres de ellas si alguna de nosotras tuviese el móvil en la mano.

Ally las miró, y supe al instante que había pensado lo mismo. Su sonrisa la delataba. Una sonrisa muy bonita, por cierto, que quedaba preciosa con sus ojos verdes...

- Te vas a arrepentir. - dijo Brooke, claramente refiriéndose a mi, y sacándome de mis pensamientos. 

- No, créeme que no soy yo la que se va a arrepentir. - le contesté. Seguía intentando que pareciese que realmente había sido intencionado, no que me había descontrolado por las estupideces que habían soltado.

Se dieron la vuelta, y el cabello blanco rizado de una, y el rubio ondulado de la otra, volaron mientras las dueñas de esos pelos giraban sobre sus talones, indignadas. Y se marcharon enfurecidas.

Estuvimos en silencio contemplando su patética huida, y así nos quedamos un rato.

Hasta que Daphne se empezó a reír.

- Deberíamos haberte tenido con nosotras hace unos años, de verdad que nos habrías ayudado muchísimo. - me dijo aún riéndose.

- Lo dices como si tu no te hubieses pasado los últimos años haciendo exactamente lo mismo. - el comentario de Ally había sonado con un toque de desagrado, pero supuse que sería de broma, puesto que Daphne se empezó a reír con más fuerza. 

- Ya, pero de ella no se lo esperaban. Por eso ha sido mejor que si lo hubiese dicho yo. - le replicó Daphne costosamente, entre carcajadas.

- Si, lo siento, no se que me ha pasado. Normalmente no soy así... - intenté explicarme. Era cierto. Yo no era así.

- Oye, tranquila, se lo merecían - me tranquilizó Gab. La sonreí. Eran maravillosas. Las tres. No se que habré hecho en la vida para ganarme el estar aquí con ellas, pero no me arrepiento de ello. 

Nos pusimos en movimiento. Entre unas cosas y otras, salimos veinte minutos tarde. Aparentemente, las tres debían de volver a sus casas en bus, puesto que todas fuimos hacia la parada. Vimos que Eleanor, Brooke, y los que supuse que serían sus amigos nos observaban desde un lado.

- Nos está mirando con cara de venganza.

- ¡Wow, Gab! De verdad que no se qué haríamos sin ti y tu personalidad observadora. - el comentario de Daphne estaba completamente poseído por el sarcasmo, aunque se podía apreciar un ligero tono de broma en su voz.

- Mejor seguimos, anda, que aquí paradas mirándoles no hacemos nada. - dijo Ally. 

Las cuatro seguimos hasta el autobús. Ellas se sentaron, yo no. Mi autobús estaba ya esta calle, y lo podía ver acercándose a donde estábamos. Me despedí de ellas y me monté. 

Yo No Elegí, Simplemente Soy AsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora