Yo No Elegí, Simplemente Soy Así

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ALLY EVANS

Me pasé la clase de educación física hablando con Gab y Daphne. Sobre todo de Grace. A las tres nos parecía encantadora, y yo les conté lo que pasó en clase de lengua. Les dije lo que había dicho, como Eleanor se lo estaba preguntando con cara de malas intenciones, y que temía que le pasase lo mismo que a mi. 

Ellas me tranquilizaron. Al igual que me habían ayudado a mi, ahora entre las tres ayudaríamos a nuestra nueva amiga, si es que era necesario.

Entre unas cosas y otras, se acabó la clase, y nos fuimos a la siguiente. 

Al final del día quedamos en las taquillas, y ayudamos a Grace a colocar sus cosas dentro. Nos íbamos a ir, y yo estaba feliz, ya que nadie le había dicho nada sobre su comentario sobre que le gustaban los libros. Claro, que mi felicidad duró poco. 

- ¿Qué pasa, Ally? ¿Ya has encontrado otra obsesionada con el librito ese que tanto te gusta? No has podido resistirte a la tentación, ¿no? Has venido directa a por los de tu especie.

- Cállate, Eleanor. - le contesté con desagrado.

- Ay, me puedes llamar Ela, no me gusta que mis amigas me llamen por mi nombre completo. - me dijo, con su voz de pija, poniendo mucho énfasis en la palabra amigas.

La miré con cara de asco. No permitiría que nos fastidiase otra vez. No. De ninguna manera.

- No me mires con esa cara, ¿o es que se te a olvidado que hay que respetar a tus superiores? Más te vale ir borrando esa...

- ¿Superiores? - la interrumpió Daphne con una risa sarcástica - Por favor, si te pasas las noches rezando por llegarnos al menos a los tobillos.

- ¿Y tú para que te metes, perra? - le espetó Brooke.

- ¡No vuelvas a llamar así a mi amiga! - gritó Gab.

Lo cierto era que solía ser tranquila, apacible, y que no le gusta meterse en problemas. Pero no insultes a sus amigos. Eso nunca. Que puede parecer una gatito de ojos grandes que quiere ser achuchado, pero te despistas y de repente es un tigre que se está lanzando a comerse tu cabeza. 

- ¿Y qué me vas a hacer? ¡Qué tú tampoco eres más que ella!

- ¡Cierra el pico! ¡Si es que lo que tienes es envidia! Que tú si que eres una real perra. Su perrito faldero. Que te dedicas a ridiculizar para que se fijen en otros y no en ti, y tu amiga, que sois las dos unas cobardes de mierda.

Las cinco nos quedamos un poco en shock, mientras nos girábamos. Acababa de gritar eso... ¿Grace? Era obvio que fue ella, por eso nos extrañamos tanto. Llevaba toda la discusión callada, observando, como si dudase de si debía intervenir o no. Y allí estaba ahora, gritando a las pijas que teníamos delante, que no fueron capaces de rebatirle lo que decía por lo sorprendidas que estaban. 

La verdad es que yo tampoco me lo esperaba. Todo el día había estado tranquila. Pero ya veo que puede explotar. Me recordó a Daphne. Ella también parece tranquila, pero de repente se te puede poner a soltar cualquier cosa, y no se frena hasta que se queda satisfecha, y el otro probablemente asustado. De verdad que a veces me da miedo. La única vez que me ha gritado a mi así fue porque le rompí por error su archivador en primaria, y la semana de antes me había prestado un boli y se lo había perdido. Esa fue la única vez que lo hizo, y la verdad es que no quiero repetir. 

Daphne sonrió. Lo sabía. Gab todavía parecía estar procesándolo. Y las otras dos, para mi sorpresa, tenían tal cara que me habría gustado tener el móvil a mano.

- Te vas a arrepentir. - Le dijo Brooke mientras se daban la vuelta para irse.

- No, créeme que no soy yo la que se va a arrepentir. - gritó Grace a las espaldas enojadas de nuestras compañeras.

Nos quedamos un poco en silencio, contemplando como se iban, y así nos quedamos incluso cuando ya no se las veía. 

Entonces Daphne se empezó a reír. 

- Deberíamos haberte tenido con nosotras hace unos años, de verdad que nos habrías ayudado muchísimo. - dijo entre carcajadas.

- Lo dices como si tu no te hubieses pasado los últimos años haciendo exactamente lo mismo. - comente con fingido desagrado. 

- Ya, pero de ella no se lo esperaban. Por eso ha sido mejor que si lo hubiese dicho yo.

- Si, lo siento, no se que me ha pasado. Normalmente no soy así...

- Oye, tranquila, se lo merecían - dijo Gab.

Y seguimos hablando hasta que llegamos a la salida. Íbamos hacia la parada del bus. Vi que Eleanor nos miraba con su grupito desde un lado. 

- Nos está mirando con cara de venganza.

- ¡Wow, Gab! De verdad que no se qué haríamos sin ti y tu personalidad observadora. - Dijo Daphne con el sarcasmo apoderándose de su voz. 

- Mejor seguimos, anda, que aquí paradas mirándoles no hacemos nada. - les dije.

Llegamos a la parada de autobús y nos sentamos a esperar. Por fin apareció uno de ellos, y Grace se montó. 

- Chicas, yo me voy en metro mejor, que va a tardar como veinte minutos en venir el autobús que tengo que coger yo. - nos dijo Daphne. 

Nos despedimos de ella con un abrazo y se fue calle abajo. Tras cinco minutos de espera, nos pudimos montar Gab y yo en el autobús que nos tocaba. Había bastante gente, y ningún sitio libre, pero pudimos entrar con una comodidad aceptable. 

- Ally, creo q el Bruce ese se ha montado en nuestro bus.

- ¿El amigo de Eleanor?

- Sí, ¿sabes si el año pasado venía también por aquí?

- No me suena, pero se puede haber mudado.

Habíamos ido bajando el tono de voz, y ahora ya casi estábamos susurrando. Oí que Gab decía algo, pero no la entendí.

- ¿Qué? - le pregunté acercando más mi cabeza a la suya.

- Que si crees que le habrá mandado Eleanor a seguirnos. - me dijo, en apenas un susurro.

- Existe esa posibilidad, pero no creo que pase nada. Da igual que sepa donde vivimos, ¿no? Ni que fuesen a entrar en nuestra casa.

- Supongo.

Nos bajamos y subimos una pequeña cuesta hasta llegar a nuestras casas. Éramos vecinas. Antes de irse cada una a la suya nos giramos disimuladamente. Como habíamos supuesto, nos había seguido. Había abandonado el autobús en nuestra misma parada y nos estaba observando desde allí. No dimos ninguna señal de habernos enterado. Le di un abrazo a Gab y tras un adiós, cada una cerró la puerta de su casa.