Comienzo

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1 julio

Me levanté de la cama ha duras penas, ayer había sido un día muy largo, Dominic estuvo cabreado desde que se enteró de lo que pasó con Alfred, he insistió en que le iba a dar una buena reprimenda, a lo que yo, por su puesto, no me iba a negar para nada, reflexione toda la noche, no me gustaba como era en este momento, ¿Por qué tan triste y demacrada? Sí, estoy pasando por un mal momento, mi familia está en la otra punta del mundo, huí de allí porque todo el mundo se enteró de lo que me hizo Alfred, y no soportaba para nada sus miradas y palabras de consuelo, así que me fuí, comencé a trabajar en una librería mientras estudiaba, y allí la conocí, una señora mayor que resultaba ser la nana de Dominic, ¿gracioso verdad?, y entonces me lo dijo, que él necesitaba conseguir una buena imagen, que su negocio no era tan potente como el de Gustave, mencionó que ofrecería muchísimo dinero, justo lo que yo necesitaba.

Así qué como una desdichada me acerqué, no recuerdo mucho lo que pasó, solo sé que acepto y ahora estamos “saliendo”.

Se podría decir que Dominic fue una especie de salvación para mí vida, aunque esto no va a durar para siempre.

–Rojita, tienes que prepararte que vas a conocer a mis padres– Dijo Dominic entrando por la puerta.

–Esta bien– Dije mientras abría el armario

Ya llevábamos un mes “saliendo”, y “Rojita” se había convertido en mi apodo, el cual me gustaba, bastante, pero no pensaba decírselo, tampoco éramos…nada.

–Entonces arreglada, ¿Muy formal, o no tanto?– Le pregunté

–Lo más formal que puedas, quiero que les des una hermosa impresión– Dijo haciendo una especie de sonrisa, no se le daba muy bien, la verdad.

–Bien

Estaba nerviosa, era la primera vez que los iba a conocer y por alguna razón era como si me importase más de lo que debía.

Cuando terminé de prepararme bajé las escaleras de la mansión, me dirigí a la puerta de entrada y allí estaba él, esperándome con sus pupilas dilatadas y sus manos hechas un puño, sabía que había atracción entre nosotros, era obvio.

Me acerqué a él lentamente y me coloqué a su lado.

–¿Estoy bien?– Le pregunté con una sonrisa

–Estas preciosa Rojita– Me dijo mientras acariciaba mi pelo, con esa mirada intensa que derretiría ha cualquiera.

Creo que solo él, es capaz de hacerme olvidar a Alfred, sus leves caricias no son repulsivas, ni sus comentarios, ni su mirada.

–Vamos al coche– Dijo mientras me agarraba de la mano y me llevaba al coche– Va ha ser un viaje algo largo, así que acomodate– Agregó mientras acariciaba mi pierna una vez que nos sentamos.

–Esta bien– Dije mientras intentaba controlar mis nervios.

Dios mío creo que voy a explotar de lo nerviosa que soy, debería intentar relajarme, saque mis cascos y me puse música mientras miraba por la ventana.

Amaba bailar, todo los días, a todas horas, en cualquier momento, al igual que dibujar, eran mis más hermosas aficiones, y no sé que sería sin ellas.

Aquella música alegre me hacía mover disimuladamente mis caderas y brazos al ritmo de la música.

–Te lo estás pasando genial– dijo con una sonrisa socarrona

–¿Algún problema?– Dije respondiendole de la misma forma

Y si, algunas veces me salía mi otro yo más alocado, el cual durá tan solo unos segundos.

–No, ninguno Rojita, ¿por qué no pones la música en alto?

–¡Vale!– Dije toda alegre subiendo la canción al máximo

We can't be Friends sonó en todo el coche, mientras me ponía a cantarla a todo pulmón mientras el coche avanzaba por las bulliciosas calles de la ciudad. El sol brillaba en lo alto, iluminando los edificios y los coloridos escaparates de las tiendas.

Mi voz resonaba en el interior del coche. Los transeúntes que pasaban por la acera se detenían por un momento para escucharme, contagiados por mi entusiasmo y energía.

A medida que el coche avanzaba por las calles, yo seguía cantando, dejando que mi voz se fundiera con el paisaje urbano y creando un momento mágico en medio del bullicio de la ciudad. Y así, entre risas y melodías, seguí nuestro camino, disfrutando de la música.

–Ya hemos llegado Rojita– Dijo sonriendo

–Espero caerles bien– Dije bajandome del coche y caminando al lado de Dominic.

–Sé que lo harás– Dijo acariciándome la mano– Tranquila

Entramos en aquella enorme mansión, y nos dirigimos a lo que supuse que sería el comedor. Dominic abrió las grandes puertas y nos encontramos con sus padres.

–Hijo bienvenido– Dijo mientras se levantaba de su sitio para saludar a Dominic

–Hola padre

–Dominic ¿Quién es esta chica tan mona?– Preguntó su madre

–Es mi novia, se llama Red– Dijo Dominic mientras me agarraba por la cintura y me atraía hacia su cuerpo bien fornido.

–Hola– Dije algo temblorosa– Mucho gusto

–Hola querida, qué alegría que Dominic tenga novia– Dijo toda feliz mientras se acercaba para abrazarme. Yo le agradecí el abrazo.

–Vamos a sentarnos– Dijo el padre de Dominic

Cada uno tomó asiento en la mesa, yo quedé al lado de Dominc, y en frente estaban los padres.

Dominic paso su mano por mi pierna cuando esta comenzó a temblar de los nervios.

–Tranquila Rojita, si no les gustaras no te habría dado una abrazo de mano– Me dijo susurrando en mi oído.

Lo que produjo que unas descargas eléctricas me recorrieran todo el cuerpo.

–¿Cómo os conocisteis?– Nos preguntó el padre

Dominic y yo nos miramos como si fuéramos cómplices, y tras una sonrisa mutua comenzamos a inventarnos la mayor historia del siglo.


¿Qué opináis del avance de la historia?🌹

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