Tu y yo Damián X Anya (One Shot)

🦋 Ser una Familia🦋

Última parte: de Huir y lo siento.

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Anya veía con diversos el como su pequeño se movía de un lado a otro, nunca antes lo había visto ordenar su habitación con desesperación.

Entendía el porqué su pequeño estaba tan emocionado.

Hoy iba a conocer a su padre.

Estaba segura que Adán estába muy contesto y al mismo tiempo nervioso de conocer a su padre.

"Te ves tan adorable, cuando te emocionas"

Pensó Anya soltando una pequeña risita, recibiendo rápidamente la mirada de su hijo, quien hizo un puchero adorable.

- no soy adorable mama, estoy un poco nervioso.

- a veces se me olvida que puedes leer la mente- murmuró con una sonrisa nerviosa, pero rápidamente la sonrisa desaparecio para luego mirarlo con dulzura- no tienes porqué estarlo, se que tu papá debe de estar igual.

- ¿Tu crees?.

- conociéndolo, debe de estar ya esperándonos en el parque- contesto sacándole una sonrisa a su hijo.

"Tengo un poco de miedo"

Pensó el pequeño, a lo que Anya se acercó a Adán y lo cargo, para luego dandole un beso en la mejilla.

- todo estará bien cariño, no tienes porqué ponerte nervioso- respondió ella a lo que el pequeño se sonrojo levemente.

- tengo miedo a que me juzgue- murmuró jugando nerviosamente con sus dedos- ¿Qué pasa si descubre que yo también puedo leer la mente?, Él, ¿Me querra?.

La sonrisa de Anya desaparecio al darse cuenta de porque su hijo, estaba tan nervioso.

Adán, nació con los mismos poderes que su madre, todo inicio cuándo cumplió los seis años, en donde por primera vez le leyó la mente a su madre.

Desde ese día, Tanto como sus padres, hermano y ella hacían todo lo posible, para que el pequeño no dejará al descubierto sus poderes, ya que era un poco travieso y había veces que se asustaba o sus poderes se salían de control.

- estoy segura de que tu padre te seguirá queriendo mi amor- contesto Anya- confía en mí cielo.

- está bien- murmuró un tanto dudoso.

- bien, como veo que ya tu arreglaste tu habitación, será mejor que no vallamos a donde está tu padre esperándonos- comentó a lo que él, pequeño asintio con la cabeza.

Así madre e hijo salieron de su hogar, para así encontrarse con Damián, el cual debía de esperarlos en el aquel parqué.

Damián se encontraba nervioso, no podía creer que él, había tenido un hijo con la mujer que ama.

Lo peor de todo, es nunca tuvo la oportunidad, para esta alado de Anya.

Estaba tan sumergido a su orgullo herido, a su dolor, frustración y sobre todo estaba consumido por la tristeza.

Que fue incapaz para Damián, el poder pensar con claridad.

Si tan solo le hubiese dado la oportunidad de Anya, el que aclarara todo, si tan solo, se hubiese detenido unos segundos para hablar con ella, sin tan solo nunca le hubiese dicho todas esas cosas horribles.

Tal vez, las cosas entre ellos, fueran sido diferentes.

Pero el hubiera no existía, y la única manera que tenía para reparar el error que había cometido en el pasado, era el iniciar de nuevo, está vez cuidaría a su familia.