Un poco rota..

fallar y fracasar no son lo mismo

Y sí, tengo miedo cada día
del roce de la tragedia,
de las miradas de ira,
de las sonrisas hipócritas y los susurros inquietos.
¿Qué es el miedo a fallar?
Algo tan común como el viento.
Desde que nacemos estamos listos para morir,
pero nunca lo suficiente como para aceptarlo.
En algún momento sabes que vas a fracasar.
Cuando estás en la cima, solo puedes bajar.
El miedo te persigue y te hace débil.
¿Y si lo dejas ir? ¿Y si solo haces el intento?
Un paso en falso y se borra todo un camino de aciertos.
Si fallar es humano, también lo es el miedo.
¿Por qué se avergüenzan de estar en lo hondo?
Desmoralizan tu alma, atacan tu esencia y roban tus logros,
los minimizan,
aplastan hasta que nada divisan.
No alzas la cabeza porque te avergüenzas de lo que eres.
Y si no eres nada, ¿qué más da?
¿Qué más da intentar?
Una y otra vez se repite la misma pesadilla,
se reproduce en tu cabeza en un espiral de malicia.
El fracaso es un monstruo que acecha en la oscuridad de la vida,
alejado de la vista del que con honor su meta conquista.
Pero dime, madre, ¿qué mal he hecho?
¿Por qué caigo cada vez que intento?
La frustración hace estragos en mi pecho y grito, sin remedio,
me ahogo en mi desconcierto.
Dicen que si deseas, todo puedes, pero solo Dios sabe cuánto deseo que ese momento llegue.
El momento en el que mire atrás y vea con orgullo mi pasado,
que mire con ilusión el futuro al cual con mi cabeza en alto avanzo.
Si fallar y fracaso no son lo mismo.
Uno es un instante y el otro...
el otro es tu vida arrojada a un abismo.