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Desvié la mirada y empecé a jugar con mis dedos, aún sintiendo la mirada de Shu sobre mi figura. Mi cuerpo, internamente, me gritaba el peligro en el cual estaba en ese mismo momento. Mierda... ¿en qué me he metido? Ahogué un suspiró y fijé mi mirada en mis manos, de vez en cuando la desviaba a la profesora en un intento de calmarme. Inesperadamente sentí una mano en mi hombro, di un salto en mi asiento y volteé. Sentí cómo miraba a la muerte al mirar fijamente a Shu. Sentí miedo, mucho miedo.

-En la salida hablamos.

Fue todo lo que dijo antes de ignorar mi presencia por el resto del día. Poco conocía de Shu, lo admito, pero sabía de rumores que lo rodeaban, tales como que solo salía con chicas para tener sexo con ellas y después se aburría. Extrañamente, muchas de las chicas desaparecieron o dejaron de tener contacto con conocidos, su paradero siendo desconocido... Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorzal, me había metido en una situación en la cual mi final no era uno favorable. 

Yo mismo decidí involucrarme con Shu, aún sabiendo sus intenciones. Dejé escapar un suspiro que llevaba suprimiendo sin darme cuenta. No era tonto, pero mis decisiones tampoco eran las más intelegentes... Había decidido hacer lo correcto: terminar los lazos con Shu en la salida.

Tras unas clases más, finalmente había terminado mi jornada escolar. tomé mi mochila y respiré hondo, estaba listo para afrontar mis errores y terminar con esto de una vez por todas. Estaba seguro que si de tener amigos, me hubieran recomendado lo mismo.

Salí del aula y miré hacia el frente, la entrada principal lentamente vaciándose, mis ojos encontrando la figura de Shu el cual miraba su celular y después despegaba su vista para verme a mí. Sentí una especie de mariposas y temor al cruzarme con sus ojos azules, una mezcla extraña que definitivamente no era la mejor para la situación. Tragué saliva y me acerqué al rubio con nerviosismo.

-Joder... ¿Siempre tienes que parecer un venado asustado? Qué molestia. -Se quejó el rubio.

Esa simple pregunta hizo romper mi corazón a pedazos y hacer que las  mariposas dentro mío se murieran en tan solo un instante. Miré hacia abajo con incomodidad.

-Lo... Lo lamento. -Fue lo que me limité a decir.

Shu guardó su celular y tomó mi barbilla con fuerza, haciendo que mi mirada cruce con la suya.

-Mírame mientras te hablo, ¿entendido? -Ordenó con rudeza.

-Entendido... -Respondí y el rubio soltó mi barbilla. 

Shu empezó a caminar, dándome la espalda, y habló.

-¿Por qué me estuviste ignorando? -Empezó a cuestionar.

-Yo... No quiero seguir con esto, Shu. No es una relación que yo busco... Es casi obvio que lo que sientes es solo atracción. Si es que se le puede llamar atracción. -Solté con honestidad.

-Está bien. 

Miré asombrado a Shu, que aún me daba la espalda. ¿Tan fácil fue? 

-¿En serio? -Me interrumpió.

-Tienes razón, solo te quise meramente por lujuría. ¿Apenas te diste cuenta? Joder, realmente fue un reto hacerlo con otro hombre, tuve que morderte para evitar sentir nauseas.

Esa fue la gota que rebalsó mi paciencia. Apreté mi puño con fuerza y arrugué las cejas. ¿Quién mierda se cree este idiota? Lancé un golpe hacia su cabeza y sin mirar Shu tomó mi puño.

-¿No sabes que atacar desde la espalda es jugar sucio? Es de esperarse de alguien como tú. -Esa fue la primera vez que escuché a Shu reír sinceramente.

-No trates de darme consejos como si tu palabra valiera algo, pedazo de mierda. -Respondí con enojo.

-Oh, estoy seguro que mi palabra vale algo para ti. - Soltó mi mano con fuerza y se dio la vuelta para mirarme.

Su cara no mostraba ninguna emoción, solo seriedad y un ligero enojo. Al verlo mi ira solo incrementó.

-Hablar contigo es una pérdida de tiempo, no debí ni de intercambiar miradas con una escoria como tú, joder. ¿Cómo duermes sabiendo que eres solo una mierda? -Rodeé mis ojos y caminé hacia mi casa.

Este idiota había colmado mi paciencia con unas pocas frases. Sin dejarlo responder me puse mis audífonos y continué caminando a casa. A este punto no me sentía triste, solo me sentía enojado por cómo había terminado siendo Shu. Debí esperarlo de alguien tan mierda como él...

Llegué a mi casa y cerré la puerta con fuerza, lanzando mi mochila al suelo y encerrándome ne mi cuarto, dejando a Taro fuera. El pequeño felino maullaba  e intentaba abrir la puerta de mi habitación mientras yo me ahogaba en mis sentimientos.

Finalmente me pegó el golpe de realidad. Finalmente las palabras de Shu me empezaron a doler, escondí mi cabeza entre mis piernas y dejé salir lágrimas sin miedo. Mi cuerpo temblaba ligeramente y mi corazón dolía fuertemente con cada gemido de tristeza, odiaba tener que relacionarme con gente por ese mismo sentimiento de ahora. Qué tan idiota tuve que ser para pensar que tener un romance iba a funcionar si ni amigos podía tener. Mis ojos se volvieron rojos por las lágrimas y lentamente mi voz dejó de sonar, ahora las lágrimas salían silenciosamente.

Me recosté en mi cama y miré el techo, perdido. Mis ojos estaban cansados de tanto llorar, dejé salir un suspiro y me levanté para abrirle la puerta a Taro.

-Lamento haberte dejado fuera, pequeñín. Hoy no fue el mejor día... -El felino entró a la habitación y me señaló para que lo cargara. 

Tomé al gato entre mis manos con cuidado y me acosté nuevamente en la cama con la diferencia de Taro ahora sobre mi pecho mientras descansaba. Mi vista intentó centrarse en el felino que se lamía su pelaje con excusa de distraerme al menos por un momento. 

Esto cambió todo para mí.

Continuará...

hola jajaja les gustó? lo dudo, hay que darle un desarrollo de personaje a este prota, claro que sí. ya voy a actualizar más seguido pq tengo laptop así que espérenlo

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⏰ Última actualización: Oct 05 ⏰

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𝕻𝖊𝖈𝖆𝖉𝖔 | 𝑺𝒉𝒖 𝑺𝒂𝒌𝒂𝒎𝒂𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora