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Había pasado ya un tiempo desde que me había cambiado de escuela, pero extrañamente todo seguía sintiéndose nuevo para mí. Lo único que me motivaba a seguir asistiendo a la academia era la sala de música que estaba en el segundo piso. Siempre, tras terminar el horario escolar, me iba al salón a tocar el hermoso piano que se encontraba allí. No había sido un problema, hasta ayer.

La alarma a mi costado sonó, haciéndome despertar en un instante. La apagué y caminé perezosamente hacia el baño, agarrando una toalla en mi camino. Las gotas tibias de la regadera envolvían mi pequeño y delgado cuerpo, de la pequeña ventana del baño se podía ver cómo el sol penetraba con su poca luz sobre parte de la pared y piso.
Al salir me sequé el cuerpo con la toalla y posteriormente mi cabello, lavé mis dientes cuidadosamente tras eso. Tomé mi uniforme y me lo puse, aún después del baño seguía muerto de sueño, hice mi desayuno con poca gana para comerlo con tranquilidad. Agarré mis cosas y salí de la casa.
Mis padres estaban ausentes desde que me cambié de escuela, siempre han sido personas ocupadas desde que yo he sido un niño, era normal en mi día a día vivir como adulto: por mi propia cuenta.

Hoy era diferente a otros días, el día estaba nublado y yo estaba llegando más temprano de lo normal a la academia. Si mi hermano viera este suceso se desmayaría. Al llegar, me percaté que la academia estaba un poco vacía, supuse que por la hora temprana de mi llegada. No le tomé importancia y me encaminé a mi aula, vacía también. Tomé asiento y saqué una de mis libretas de música, tenía anotado las notas musicales de una de mis canciones favoritas de Beethoven "Rondo a Capriccio Op. 129" apenas la estaba llevando a cabo, por lo que seguía siendo un novato con esa melodía, al menos por el momento. También disfrutaba de la música de Vivaldi, pero aún no conseguía un violín nuevo para poder practicar.
Todos mis pensamientos se vieron interrumpidos por los otros alumnos que llegaban al aula, cerré mi libreta y la guardé en mi mochila.
No solía hablar o juntarme con alguno de mi aula o de la misma academia por el hecho de que me costaba hablar con la gente, así que simplemente me quedaba en mi mundo, callado, cada que estaba cerca de alguno, tampoco es como si quisiesen entablar una conversación con alguien tan aburrido como yo.

-Al parecer Nomura llegó primero que nosotros -el presidente del grupo habló con amabilidad.

-Qué raro, de seguro algo malo va a pasar -bromeó uno de los estudiantes que entró junto con el presidente.

Mi nerviosismo aumentó al ver que estaban intentando hacer una conversación. Así que simplemente reí nerviosamente y seguí en mi mundo.
Finalmente el profesor llegó al salón, evitando que tuviera que hablar. Le agradecí internamente. La clase siguió con normalidad al igual que la siguiente, hasta que llegó la clase de Biología.
Varias de las materias que tenemos, las clases son compartidas con otros grados, antes no era un problema para mi, hasta hoy. La clase de Biología de mi grado se comparte con los de último grado, y en el último grado va un chico llamado Shu Sakamaki, nunca fue un problema para mi, hasta este día.

-El día de hoy, haremos un proyecto en parejas -la profesora aunció y la mayoría de los alumnos se pusieron felices -Pero antes de que festejen, yo voy a escoger las parejas. Serán parejas mixtas -toda mi tranquilidad desapareció en un santiamén con unas varias palabras.

No hablaba con los de mi aula, mucho menos con grados mayores. Era la perdición para mí en pocas palabras.

-Para que sea justo para todos, las parejas se elegirán de estas dos cajas de aquí. La caja de la derecha tiene los nombres de los alumnos de sexto semestre y en la caja izquierda los de octavo semestre. Agarraré uno de ambos y esos dos serán pareja para el proyecto, después de mencionar ambos nombres, vendrán y les daré un tema para su proyecto -la profesora indicó con simpleza.

Ambas de mis manos no dejaban de temblar por la ansiedad que me consumía.
La profesora empezó a sacar papelitos de ambas cajas formando varias parejas, tenía miedo de que en una de esas veces en las que sacaba un papel, mi nombre apareciera ahí. Hasta que el finalmente sucedió.

- T/N Nomura de sexto y... -hizo una pausa para sacar el papelito de la caja de la izquierda -...Shu Sakamaki de octavo - anunció la profesora con tranquilidad.

Ambos caminamos hasta el frente de la clase hacia camino a la profesora.

-Su tema será genética molecular -dijo la profesora -Vayan a sentarse ahí -señaló dos asientos.

Al sentarnos, pude ver mejor sus facciones. Shu era un chico alto y atractivo de cabellos rubios anaranjados, no pude ver sus ojos pero juraba que eran azules, tenía una complexión delgada pero trabajada, aunque no excesivamente, y era igual de callado que yo. Nunca lo había notado, aún con su atractivo.
De la nada, una aura de incomodidad empezó a molestarme, sentí la necesidad de tener que decir algo. Noté que llevaba audífonos puestos y decidí preguntarle sobre qué escuchaba.

-¿Qué escuchas? -hablé titubeante, pero fue tan inaudible que parecía más bien un susurro.

Me avergoncé al no recibir respuesta.
Era de esperarse que no me escuchara, hablé tan bajo; por otro lado Shu se quedó con sus ojos cerrados mientras apoyaba su cuerpo en el asiento.
Me quedé mirando hacia abajo apenado mientras intentaba enfocarme en otra cosa hasta que terminara la clase.

Al final de la clase el rubio habló, ordenó, más bien.

-Haremos el proyecto en tu casa. Después de la escuela, iré contigo a tu casa -habló con su voz grave y salió del aula dejándome estupefacto.

Me sonrojé al escucharlo hablar.
Nunca había tenido la oportunidad de escuchar su voz y, maldita sea, era extremadamente sexy.
Apresuradamente caminé hacia mi aula, pues me quedé quieto durante un rato pensando en su atractiva voz y se me estaba haciendo tarde.
Caminé torpemente hacia mi aula, casi chocando con gente en el proceso, pero llegué a tiempo. Todas las demás clases pasaron tan rápido que me ponía cada vez más nervioso. Lo único que tenía en mi favor es que los de octavo salían una hora después que los de sexto ese día, así que podía practicar un rato antes de que saliera.

Continuará...

hola q onda, ya sé, ya tengo como 3 trabajos en proceso publicados. Pero no pude resistirme, he tenido que atrasar mucho esta historia que tanto anhelaba escribir, así que por el momento le daré prioridad a esta historia. Pero no se preocupen, actualizaré las demás a su debido tiempo. Sin más que decir, gracias por leer, nos veremos luego, chau.

𝕻𝖊𝖈𝖆𝖉𝖔 | 𝑺𝒉𝒖 𝑺𝒂𝒌𝒂𝒎𝒂𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora