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Ni bien la campana sonó, salí apresuradamente del aula y corrí hasta la sala de música. El lugar estaba muerto, la poca luz que había se hacía presencia por la ventana. Era frío y un poco oscuro, perfecto para mí.
Me senté cuidadosamente en el asiento del piano y saqué mi libreta con notas musicales, las mismas notas de la mañana.
Preparé mis dedos y manos antes de empezar a tocar la melodía.
Mis dedos tocaban torpemente algunas teclas, pero con rapidez aprendía a no equivocarme y tocar más fluidamente la pieza musical. Mis dedos y las teclas se envolvían en un ritmo adictivo. Mi concentración era tal que los minutos pasaron como segundos, y mi alrededor parecía no importarme.
Toda mi tranquilidad se vió interrumpida por una persona.

-Oye, Beethoven. Tenemos un proyecto de Biología pendiente en tu casa -habló una voz grave que desde miles de kilómetros podía reconocer de a quién le pertenecía.

-Sakamaki... Uhm, perdón. Me dejé llevar -titubeé mientras mis nervios me comían.

Shu se quedó callado y simplemente me siguió a casa. Durante todo el camino estuvo callado y caminando tras de mí, me era un poco incómodo el silencio, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Paré al llegar a casa, haciendo que Shu accidentalmente golpeara su cuerpo contra el mío.

-Ah, lo siento. Ya llegamos -me disculpé mientras le daba la pasada a mi casa.

Ni se inmutó a hablar, simplemente caminó dentro de la casa, dejó sus zapatos en la entrada y se puso unas pantuflas.
Imité su acción tras cerrar la puerta y caminamos hasta mi habitación.
Saqué mi libro de Biología y hablé.

-¿Cómo prefieres hacer el proyecto? -hablé nervioso -Yo puedo hacer una parte y tú la otra, y cuando sea la hora de exponer cada uno explica su parte -sugerí tímidamente.

-Como sea -soltó con su sexy voz.

Estaba intranquilo pero tenía que concentrarme, el proyecto era muy importante para mi promedio, en especial en esa materia. Exhalé y volví a hablar con valor.

-Yo haré la función de los genes a nivel molecular. Tú puedes hacer la estructura -sugerí de nuevo y él solamente asintió calladamente.

El cuarto era callado, las únicas veces en las que era lo contrario era cuando pasábamos página o cuando anotábamos algo. Su presencia en sí era tranquila y pacífica, pero mis nervios y mi ansiedad no me dejaban disfrutarla por ningún momento. Mis latidos eran rápidos y constantes, mis manos eran un poco sudorosas y mis piernas estaban intranquilas. Por más que su presencia fuera serena, mi cuerpo no dejaba de estar nervioso. No sabía qué me pasaba. Su presencia me ponía tan ansioso como un chihuahua. Intenté concentrarme y seguir con el proyecto.

Varias horas habían pasado y el proyecto había avanzado significativamente. Shu se levantó de la silla y habló.

-Me iré, se está haciendo tarde. Mañana continuaremos con el proyecto aquí -agarró su mochila y lo acompañé hasta la entrada de mi casa.

Podía notar en su rostro un ligero cambio, supongo que por ser un lugar desconocido para él. No le dí importancia y cerré la puerta tras su salida.
No era la primera vez que me sentía atraído por un hombre, pero por alguna razón sentía que esta vez era muy diferente a las anteriores. Primero, ni sabía exactamente si de verdad sentía algo por Shu, es atractivo, claro. Pero solo era eso, ¿verdad?
De igual manera, dejé de darle vueltas al asunto y me fui a acostar a mi cama. Mañana tenía que agarrar más valentía para poder recibir a Shu en mi casa nuevamente.

La mañana volvió a recibirme con un ligero rayo de sol y la molesta alarma a mi costado, la apagué y caminé hasta el baño. Hice mi rutina diaria y salí de casa con mi mochila en la espalda. El aire fresco de la mañana envolvía mi cuerpo mientras caminaba hacia la academia, pero mi caminata solitaria se vió interrumpida por los demás estudiantes que llegaban al mismo tiempo que yo, llegaba a tiempo por segunda vez. Desde lejos pude reconocer una figura alta saliendo de una limosina. Su perfecta cabellera rubia y sus preciosos ojos azules; fácilmente podía perderme en su figura y rostro, todo de él era perfecto. Tuve que dejar de admirar su belleza, pues esos ojos cambiaron de dirección a la mía. Bajé la mirada con pena y caminé más rápido a la academia, y antes de llegar a mi aula, pude sentir como una mano agarraba con fuerza mi muñeca.

-¿Huh? -solté al sentir la presión en mi muñeca y miré en dirección a la persona responsable.

-Reiji Sakamaki, un gusto -se presentó un chico mayor que yo -¿Ayer se quedó Shu en tu casa? -preguntó aún sin soltar mi muñeca.

-Sí... Tenemos un proyecto de Biología juntos -hablé tímidamente esperando que dejara mi muñeca ir.

Sucedió algo que no esperaba. Reiji me tomó de hombros y descubrió mi cuello. Miró meticulosamente y descubrió parte de mis hombros. Esto era incómodo, estábamos en medio de un pasillo mientras otros alumnos pasaban mirando raro. Intenté alejarlo pero fue inútil, era obvio que él me ganaba en fuerza.
Cuando paró de revisar dejó mi ropa como estaba antes de ser descubierta.

-Si algo llega a pasar hoy en la noche con él, ni se te ocurra esconderlo de mí. Tenemos un estricto reglamento que a él le gusta romper -Reiji parecía frustrado, y tras eso me dejó ir.

Simplemente asentí y me fui corriendo a mi aula, eso había sido demasiado vergonzoso para mí. Todo el día siguió con normalidad, en la hora libre subí nuevamente al hermoso salón de música.
Mi gran sorpresa fue encontrarme con Shu acostado en uno de los sillones del salón.
Obviamente se percató de mi presencia y agarró mi muñeca, me atrajo hacia él. Y soltó con su sexy voz grave.

-Eres un ruidoso, cállate -mi corazón empezó a latir exageradamente rápido.

Me encontraba sobre el pecho de Shu, podía oler su colonia y como pegaba mis fosas nasales. Él se encontraba con sus ojos cerrados, como usualmente estaba. La mano con la que me había llevado hacia él se encontraba aferrada a la parte baja de mi espalda, impidiendo que me fuera.
Mi cara se había tornado en un color escarlata. Pero algo que noté fue que no podía escuchar o sentir el corazón de Shu palpitar. Entonces hablé.

-Sakamaki... Tu corazón no late -el chico no respondió y al contrario me regañó.

-Te dije que te callaras -susurró en un tono grave pero molesto y abrazó mi cuerpo con más fuerza.

Mi cabeza estaba escondida en su pecho y con su otra mano la tomó con cuidado, haciendo que pegará más mi cabeza contra su pecho. Me sentía protegido en sus brazos, su presencia serena me hacía sentir en el cielo.

Continuará...

como verán, puse la pieza que el prota estaba tocando de Beethoven por si la quieren escuchar.
pequeño spoiler del siguiente capítulo: será +16.
waos, ya vamos prendiendo las cosas en el segundo capítulo ee
se supone que esta historia fuera corta, así que voy a, forzosamente, tener que adelantar las cosas. Pienso en hacer unos 18 capítulos o menos.
bueno eso es todo por hoy, nos veremos dentro de poco, chau.

𝕻𝖊𝖈𝖆𝖉𝖔 | 𝑺𝒉𝒖 𝑺𝒂𝒌𝒂𝒎𝒂𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora