Vivir con el alma aferrada
A un dulce recuerdo
Que lloro otra vez
Carlos GardelLas horas pasan largas. Hace frío afuera, pero el ruído de los pasos apresurados no disminuye, y el tictac del reloj no cede en su empeño de hacernos avanzar, no sé a dónde. Hoy amanecí con ganas de arrancarme del pecho esta obsesión por la nostalgia, que me arde la garganta si no la hablo y que, sin embargo, soy incapaz de hablar. No podré dedicarme por mucho más tiempo a esto, a refugiarme del frío entre recuerdos de la infancia. Quiero pensar que habrá lugar después, ¿después de qué? Después de la muerte. Debe ser eso en lo que pienso ahora. Pero ese sueño me rechaza continuamente. A ese oscuro abismo no llegará nunca la luz del sol. Él permanece intacto a los recuerdos. Los muertos no necesitan del presente. Entonces, ¿qué importa? Ah, olvidaba que aún estoy vivo. Aún estoy vivo.
Un ruído me despierta de mi sueño y apenas veo mi reflejo en el cristal. La casa entera se abandona a las penumbras de una noche como la anterior y la anterior de la anterior. El teléfono hoy tampoco suena. Escucho a alguien correr de un lado a otro. Algo sucede abajo. Mi cuerpo no responde. Una nena me muestra una pequeña flor algo marchita y me sonríe. Parece que no va a decirme nada. Me inspecciona. ¿Para quién es la flor? Le pregunto. Entonces ella se da media vuelta y camina recto en absoluto silencio. Llaman a la puerta. Me ajusto los lentes y, poco a poco, soy capaz de acercarme a la entrada.
- ¿Quién es? ¿Qué desean? No quiero comprar nada.
- Ayuda. Mi papá cayó cambiando una bombilla. Creo que se rompió un brazo. Y el teléfono... el teléfono no da señal. ¿Puedo usar el suyo? - Tiene el cabello medio largo y me mira inquieto. La niña desapareció. Un quejido se escucha a través del eco de las escaleras.
- Sí, sí. La segunda puerta a la izquierda. - Contesto disperso.
Bajo aprisa para ver que sucede. Alguien como yo no sirve de nada en una situación así. Yo no soy doctor, ni enfermero, ni sé cómo curar a las personas. Cuando llegue el SAME sabrán que hacer. Pero sigo bajando cada peldaño mientras mi respiración se agita. ¿Para qué voy allá? ¿Con qué esperanzas me muevo de mi hogar perfumado e intacto en el tiempo? ¿A quién deseo ayudar con estas manos agrietadas y este pensamiento que no fluye? Creo que nunca me he roto un brazo. No recordaba que abajo viviese una familia.
Adentro del departamento hay varias luces encendidas. Escucho un lamento muy débil. El hombre está tirado en el piso, junto al metal que lo escalaba al dolor. A mí no me gustan las alturas. Me mareo. Una vez vomité en un teleférico cuando mis hijas eran chiquitas. El cristal de la bombilla se confunde con el color de las baldosas. Yo lo conozco de algo. Lo levanto y le acerco una silla. Él se sujeta la mano derecha con fuerza. Yo me sujeto el corazón. Se me sale del pecho.
- No se preocupe. Mi hijo ya viene. Dijo que iba a llamar a la ambulancia. Volverá pronto.
- ¿Sólo le duele el brazo?
- La mano, es la mano. - Rectifica enseñando los dientes. - Soy incapaz de moverla. Caí sobre ella. - Queda en silencio. Sólo mira su palma estirada y sus dedos inmóbiles. Tal vez le vendría bien gritar. Me uniría a él sin reparo. Deseo gritar y ser libre de esta ausencia. Igual estoy loco, pero a nadie le importa. Que me lleve a mí también la ambulancia y que no vuelva. Que me arreglen o que acaben conmigo. - Soy un pelotudo.
- Todos lo somos, en mayor o menor medida.
- No es eso, usted no entiende...
- Claro que entiendo, joven. Le preocupa el nene. Que se quede a oscuras.
La única luz que entra en el pequeño departamento proviene de la calle. Los faroles anaranjados reflexionan en las ventanas del resto de edificios y en las casas bajitas. El niño baja y enciende una linterna. Ya se escuchan las sirenas muy cerca y tras la ventana los colores se revuelven. Eso es lo que nos salva a veces. Ya ha pasado lo peor.
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Cruzando la vereda · wos
Fanfiction[EN CURSO] «En el departamento de abajo, se escuchaba nuevamente aquel pibe hablando. ¿Por qué mencionaba el nombre de mi abuelo? Yo no entendía nada. (...) Era la misma melodía. Volver. Necesitaba saber más. No. Quería saberlo todo. Descubrir quién...