Escrito En Las Estrellas

Prólogo

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Recuerdo que todo empezó con un cruce de miradas: bastaron solo dos segundos para obsesionarme con él durante al menos un año. Nunca me atreví a preguntar quién era, solo guarde silencio y me conformé con verlo todas las tardes afuera del colegio, sentado en su moto. A veces me parecía que el tiempo se detenía cuando nuestras miradas se encontraban. Según escuché en algún lugar que una adolescente necesita obsesionarse con algo para sobrevivir y ser feliz. Me aferre a esa idea, creyendo que este sentimiento me ayudaría a enfrentar los desafíos de la adolescencia.

Es estupido por que como te puedes obsesionar de una persona con la cuál jamás has hablado, suelo hacerlo con los cantantes que me gustan, porque vaya, existe una baja probabilidad de salir con ellos, y eso es lo que lo hace emocionante. ¿Pero de un chico al que jamás había visto?

Así recuerdo que empezó todo este huracán, si, así lo llamaré, por que eso es lo que me hizo sentir, un huracán de emociones.

Lo último que recuerdo de nosotros son sus bellas palabras que me hicieron entender el por que después de ignorar mi presencia por años, de repente se fijó en mí.

─¡Abre los ojos Madisson! Jamás me habría fijado en ti de no ser por el dinero que me han pagado.─me gritó tan exaltado, no se quien estaba mas rojo. Si el por el enojó o yo de la vergüenza.

─¿Qué?.─fue lo único que pude decir.─¿Cuál dinero?

─Si tu crees que eres buena y que no tienes enemigos, vives en un mundo lleno de fantasía. Hay mucha gente que te odia, muchas personas no te soportan, y yo estaba entre ellas.─las gotas de la lluvia le escurría por la frente, ambos estábamos empapados, pero ninguno se quejaba.─Alguien me pagó para salir contigo, ilusionarte y romperte el corazón, así que he cumplido. Se acabó.

─¿Tu no me amas?.─ no debería de hacer preguntas las cuales ya sabía la respuesta.

─No.─me miro a los ojos y dio un paso atrás.

Me quito el casco de las manos, se lo puso, subió a su moto y se fue. Yo me quede ahí, en medio de la calle, mojada, con el corazón roto, sin sentir nada. Ni siquiera el frío de la noche.

Pero no hay que adelantarnos, les contare todo desde el principio. Bienvenidos a esta esta mi historia de un amor fantasioso.