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Jungkook

(Hace 5 años)

Mi pecho se apretó y esa opresión me costaba respirar... ¿Porque? Un nudo se instalo en mi garganta, y dolía, no como cuando enfermas, era diferente. Había estado enojado muchas veces... demasiadas, pero nunca me había sentido de esta manera, y es que no podía explicarlo, pero creo que Jimin me gustaba más de lo que podía soportarlo.

Hace poco más de un mes había comenzado a pensar si yo era capaz de sentir esa mierda del amor, sobre todo después, de que en el colegio, Yina se me acercó.

No me gustaba ser sociable, pero llamaba la atención, sobre todo en las chicas que parecía gustarles un chico serio y misterioso, recibía más miradas de las que quería, y los chicos estaban celosos de la atención que tenía de ellas.

 Esa es la razón por la que ellos me atacaban diciendo miles de cosas que probablemente, si fuera normal, me hirieran, pero me importaba poco. 

No sabía como es que mi padre había conseguido que estudiara en una escuela de paga, donde la matrícula claramente, podría ser más cara que la casa que tenía, pero eso se había convertido en una de las cosas por las que me atacaban, sobre todo Sean Park , que se cree el dueño del pueblo, gracias a que papi es el alcalde. 

Estaba en la azotea del edificio, donde me gusta porque es solitario, tomaba uno de mis tantos libros y ahí pasaba la mayor parte del tiempo libre.

La puerta que llevaba escaleras abajo se abrió y levanté la vista para encarar a quien osaba interrumpir mi soledad, me encontré con la mirada de Yina, la ubico muy bien porque es la presidenta de mi clase, la de las notas más altas. 

—Ho-hola Jungkook— Dijo, tartamudeando un poco cuando se dio cuenta que note su presencia y dejé el libro sobre mi pecho— Hola Yina.

Sus mejillas se tornaron carmesí —Re-recuerdas mi nombre... — Sus manos inquietas abrazándose la una a la otra. —Claro que recuerdo el nombre de nuestra presidenta de clase.

Le sonreí con los dientes, porque me parecía gracioso que estuviera nerviosa, pero mi acción solo pareció ponerla peor, porque lanzó un papel que cayó en mis pies.

—Solo quería darte eso— Dio la vuelta y se fue casi corriendo. 

La carta, era una confesión amorosa... no sé porque ya me lo esperaba, la guardé en mi mochila, donde fue confiscada por Sean cuando buscaba algo con que molestarme. 

Cuando el turno termino y caminaba ansioso por adentrarme en el bosque , donde estaba mi hogar, me interceptaron un grupo de chicos con Sean como cabecilla, el chico solía tener un montón de secuaces.

—Hola ratita miserable— Park me bloqueo el camino, trate de esquivarlo pero otro de ellos me lo impidió . — ¿que quieres? espete fastidiado.

—¿Sabías que los muertos de hambre como tú no debería mezclarse con los de clase?— Apretó la mandíbula, el coraje tensionaba su rostro.

—¿A sí? no me interesa mezclarme con los de tú clase— caminé sacándoles la vuelta pero mi mochila fue jalada por detrás deteniendo mis pasos. 

—Entonces, deberías dejar la escuela

Me giré y le sujeté el brazo que tenía adherido a mi mochila, ejerciendo un poco de fuerza como advertencia para que me soltara y lo encaré 

—No voy a dejar la escuela solo porque es el capricho de un niño de papi

Tiró de la mochila tan fuerte que me hizo caer al suelo de un sentón

Cintas RojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora