Juanjo, integrante de la banda del momento Apolo 16 se encuentra siendo besado por un supuesto fan que se ha colado en su camerino a mitad del concierto.
Martin, fan de la banda, acaba siendo contratado por esta para ser su diseñador gráfico, ni él...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
3 de la Mañana, eso era lo que su reloj en la pared le indicaba. Martin llevaba horas delante del ordenador, con el Photoshop encendido y retocando la cara de los tres miembros. Era posible que tuviera que entregar una parte de su trabajo al día siguiente, y cuando decía "posible" en realidad sabía a ciencia cierta que tenía que entregarlo; Pero no podría darle más igual.
Mientras sus dedos tecleaban las fechas del concierto, una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. Hizo que la pantalla se redujera hasta que pudo ver el diseño completo. "Perfecto" susurró satisfecho al ver el resultado.
Un diseño más creado en esa aplicación, un diseño que nunca le valdría para nada más allá de cumplir su fantasía como estudiante de diseño y fiel Cometa. Sus ojos viajaban por todo el Mock Up de la camiseta que había diseñado, una pieza de un merch falso de la gira a la que ahora estaba seguro de que asistiría. Quizás no había sido la idea más sensata pasarse hasta las tantas diseñando una supuesta camiseta que no le aportaría nada, pero la ilusión de ir al concierto de sus sueños le había abierto las puertas a un huracán de creatividad y le fue imposible separar su mano del ratón.
Abrió una ventana antigua y volvió a la tediosa tarea que tenía para la entrega del día siguiente, honestamente, ¿Cuántas revistas tenía que hacer a lo largo de su carrera? Estaba harto de ese ejercicio que parecía que llevaba siendo el mismo desde primero de carrera.
A las cinco y media subió un tweet, nada especial, únicamente compartía su diseño que tantas horas de sueño le había robado junto con un breve texto en donde explicaba la ilusión que le daba asistir al concierto. Se fue a dormir con una sonrisa en la cara y una tranquilidad completa en el cuerpo.
Ni el mismo se esperaba lo que sucedió tres horas más tarde cuando se levantó, y nada más cogió el móvil vio las abundantes notificaciones en la red social del pájaro. Con sus manos se frotó los ojos, intentando espabilarse y sacarse el sueño de encima.
Había centenares, qué centenares, miles de comentarios, de vistas, de me gustas... El tweet con su camiseta se había hecho viral de una forma que ni él pensó que podía ser posible.
Deslizó por los comentarios, solo viendo halagos por su trabajo y gente preguntando si las vendería en algún momento. ¿Tanto éxito había tenido su diseño?
Mientras sus dedos se deslizaban por la pantalla, aún con el pelo despeinado y el pijama abrazando su cuerpo una notificación con una llamada entrante de violeta le distrajo. Aceptó la llamada y la puso en altavoz, para poder seguir viendo ese tweet que ni él mismo se creía que era real.
— Violeta dime que tú también lo has visto — Martin susurró sin saber bien que decir
— ¿Cómo tu camiseta está en cada tweet que veo en mi página de inicio? Si. Justo por eso te llamaba — La voz igual de impresionada y dormida de violeta resonó en las paredes de su habitación
