Señorita Hermione.
¿Qué hiciste durante la salida a Hogsmeade? Yo compré varios dulces en Honeydukes. Deliciosos a decir verdad.
Y también ví las bombas fétidas en Zonko. Las mismas que utilizan los gemelos Weasley de vez en cuando.
Con amor, A.K
(Que se vaya Umbridge)
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Se dirigió junto a sus amigos al Gran Comedor. Apenas entró, les avisó a los demás que se dirigiría a la mesa de los leones.
Al llegar, saludó a la gente de aquella mesa y observo a Hermione.
- Hola, tonta. - saludó la Gryffindor mientras depositaba un beso en el cachete de la pelinegra.
- Vaya forma de saludar, me ofendes y me das un beso en la mejilla.
La castaña soltó una risa y su mirada se detuvo en alguien. La Slytherin siguió su mirada y se encontró con Chang, que había entrado junto a su amiga Marietta.
- Ah, se me olvidó preguntartelo - comentó Hermione con una sonrisa dirigiéndose al de lentes. -, ¿cómo te fue la cita con Cho? ¿Por qué volviste tan pronto?
Espera, ¿una cita? Quería mirar el rostro de Draco cuando se lo contara.
- Pues fue..., fue... - respondió Harry, agarrando otra porción de pastel en su plato. - un fracaso total, ya que me lo preguntas.
Y les contó lo que había pasado en el salón de té de Madame Pudipié.
La Slytherin suspiró con gracia.
- Eso es porque no has salido con Draco. Es una bola de celos, deberías calmarlo. No es agradable convivir con una rubia celosa.
Y agarró una porción de pastel para probarlo. Observó la mirada incrédula de Hermione y la vergonzada de Harry.
- Y entonces... - volvió a hablar el pelinegro con algo de rubor por lo anteriormente dicho. - va y se levanta, ¿vale?, dice «Hasta la vista, Harry» ¡y se larga corriendo! ¿Ustedes entienden?
- Que yo sepa, le vales mierda, Jarras. - opinó la Slytherin, ganándose un golpe de parte de la Gryffindor.
Hermione dirigió su mirada a la nuca de Cho.
- ¡Ay, Harry! Lo siento, pero tienes poco tacto. - exclamó la castaña con tristeza.
- ¿Poco tacto? ¿Yo? - dijo Harry, indignado. -. Pero si estábamos la mar de bien, y de repente me cuenta que Roger Davies le había pedido salir y que ella solía ir a aquel ridículo salón de té a besuquearse con Cedric. ¿Cómo creen que me sentó a mi eso?
- Sí lo dices así, si suena mal, ¿eh? - confirmó la pelinegra, cruzándose de brazos. Harry le agradeció con la mirada.
- Verás - habló Hermione. -, no debiste soltarte en plena cita que habías quedado conmigo.
La Slytherin asintió con lo dicho por la Gryffindor, ganándose una mirada mala del de lentes.
- Traición... - murmuró el pelinegro. Después, se dirigió a Hermione. -. Pero..., pero..., pero tú me pediste que nos reuniéramos allá a las doce y me dijiste que podía llevarla. ¿Cómo querías que lo hiciera sin decírselo?
Aliyah le dió un punto a Potter.
- Tendrías que habérselo explicado de otro modo. Tendrías que haberle asegurado que te daba mucha rabia, pero que yo te había hecho prometer que irías a Las Tres Escobas, y que en realidad no tenías ningunas ganas de ir allí porque preferías mil veces pasar todo el día con ella, pero desgraciadamente creías que no podías darme plantón; y tendrías que haberle pedido por favor que te acompañara, porque así podrías librarte antes de mí. Y no habría estado de más mencionar lo fea que me encuentras.
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Las cartas de ella. [Hermione Granger]
FanfictionAliyah Black era alguien despistada, torpe y para nada derecha, en ningún sentido. Hermione Granger era alguien inteligente, dulce y tenía aquel toque humorístico que descomponía a Aliyah. Ambas en ningún momento de su estadía en Hogwarts habían cru...