<<V>>
"¡Inconstante! No te lamentes, sentado a mi vera, pues me eres más odioso que ningún otro de los dioses del Olimpo. Siempre te han gustado las riñas, luchas y peleas y tienes el espíritu soberbio, que nunca cede, de tu madre Hera, a quien apenas puedo dominar con mis palabras. Creo que cuanto te ha ocurrido lo debes a sus consejos. Pero no permitiré que los dolores te atormenten, porque eres de mi linaje y para mí te parió tu madre. Si, siendo tan perverso, hubieses nacido de algún otro dios, tiempo ha que estarías en un abismo más profundo que el de los hijos de Urano."
"Ares."
"Dios de la guerra."No había sonado mal al principio.
De hecho, le gustaba como había quedado, solamente que el trasfondo de su nombre no era el más...indicado para el.
¿Quien era el para juzgar?Estaba seguro que le había llamado asi para que todas sus bromas pesadas tengan más sentido, su núcleo ardiente junto a sus ojos vacíos tengan algo de pesadez. Que al menos, su violencia este justificada.
Pero la violencia no estaba justificada, eso no lo podía entender."¿Como se te ocurrió ese nombre?"
Curioso, preguntó.A lo que el planeta de colores vivos y cálidos respondió con una sonrisa.
"Son muy parecidos."
Una respuesta simple, tenía que quedarse conforme con ello.
No podía hacer nada más que ceder, y aceptar que ese sería su nombre de ahí en adelante.Si tuviera a alguien para echarle la culpa.
Seria las cosas diminutas que están en aquel planeta, gracias a ellos el tenía este nombre y aquella definición tan...fuera de lugar que no quedaba con el.Desde que esas cosas aparecieron todo parecía haberse dado vuelta.
Ares no era alguien de preocuparse mucho por cosas diminutas, es más, las ignoraba completamente y seguía siendo el mismo planeta molesto de siempre.
Pero desde esa noticia, Ares cambio un poco su comportamiento por qué Helios se lo exigió, ¿Cuál era la razón?Tenía que ser Gaia.
Lo admite, solía ser bastante peligroso y violento antes.
Cuando Gaia no estaba en este plano, tenía vagos recuerdos apreciados debajo de su fría mirada.
Siempre sonreía inconscientemente cuando recordaba los viejos tiempos.Cuando Hermes sonreía muy seguido, cuando Afrodita era más abierto y libre de poder expresar sus sentimientos, cuando el era más amable, gentil...cuando solía ser divertido flotar alrededor de todos sin que estuvieran recordandole que tenía que volver a su sitio.
Cuando Helios no tenía preferencias.
Todo era perfecto, las palabras encajaban una con la otra.
Parecía que todo iba a permanecer así.Hasta que Helios lloró mares ardientes y el llegó.
No fue mucha diferencia, eso dirían los gigantes, pero eso sería porqué a ellos no les importaba ni en lo más mínimo sus existencias.
Cuando el llegó, Helios comenzó a ser más estricto con ellos, sus rayos de luz fueron más brillantes que antes y no parecía haber indicios de que iba a detenerse en algún futuro.
ESTÁS LEYENDO
𝙀𝙖𝙧𝙩𝙝'𝙨 𝙍𝙚𝙗𝙞𝙧𝙩𝙝 - 𝘽𝙚𝙩𝙬𝙚𝙚𝙣 𝙨𝙩𝙖𝙧𝙨
Historical FictionEn la profundidad del sistema solar, los planetas convivían entre ellos en paz, sin molestar a nadie. Pero cuando las lunas se sintieron amenazadas por un planeta en particular, se comenzó una revolución que tendría exito a futuro. nadie pudo hacer...