VII

230 28 10
                                    

<<VII>>

"¿Que se supone que debo hacer?"
Temido por la presencia de la estrella, llamó por una respuesta. Helios, cons Loz brazos entrelazados le dió una mirada juzgadora. Incapaz de saber a qué iba, Cronos permaneció en silencio.

Esperando por una respuesta.
Temió la presencia de Helios.

El poder que conlleva su estrella que les brindaba luz era incalculable. Ah de temer por su existencia, si cerraba los ojos, estaba seguro que su último aliento escapaba tan rápido.

"Asegúrate de que los gigantes, como tú, cumplan con su propósito."
La voz poderosa de Helios le respondió, un atemorizado Cronos observó a Helios por unos segundos en silencio mortal. Mientras que el más ligero movimiento de Helios era suficiente para hacerle temer, incapaz de siquiera murmurar una palabra que no sea un patético quejido.

"Vuelve a tu órbita."

"Si, Helios."
Cronos asintió, dando una formal despedida antes de volar lejos del sitio. Viendo al mensajero de la estrella observarlo, quien sostenía una mirada de preocupación.

Todos le temian a Helios.

Al menos, los tres planetas que existían le temian.
El mensajero del sol, al ser el primero de todos, fue el que le dió la ligera advertencia a los otros dos planetas que no tenían justificación para desafiar a alguien como su creador.

"Cualquiera que le desafíe, ah de temer."

Si su mensajero y el primero de todos lo advirtió, entonces significaba que sus palabras estaban llenas de veracidad.

Nadie desafió a Cronos.
Tampoco poseían la valentía de hacerlo.

Estaban bajo su régimen, y así deberian permanecer por el resto de sus años. Los castigos que recibías por ser herejes serían claros y para nada "suaves" con ellos.

Cada vez que sus ojos se cerraban.
Aún recordaba a aquel planeta rocoso, sonriente como la luz brillante de Helios, sus chistes eran los mejores para hasta el.
Había envejecido de la mejor manera, recordaba que entre planetas rocosos no se llevaban de la mejor manera.

Eso fue hasta que cometió el peor error de toda su existencia.
Al ser diminuta, casi del mismo tamaño que el mensajero estelar. Fue fácil de castigar, por lo menos, para Helios fue fácil hacerla desaparecer.

Las palabras llenas de violencia le habían llenado los oídos con horribles imágenes, era el primer planeta en revelarse contra alguien como lo era su santa estrella. Sin embargo, lamentablemente Helios no quedó de brazos cruzados y como era de esperarse, la exilio del sistema interno. Pero, eso fue por tenerle misericordia, si no pensaba en dicha piedad, entonces podría haberla destruido.

Sin embargo, ella podía con la tarea que se le fue asignada, tal vez por esas razones le tuvo piedad de aún dejarla con vida. Desde ese entonces, Helios le quitó las tareas a los planetas rocosos y solamente quedaron los gigantes como los nuevos en cargar con tareas.

Nadie la volvió a ver jamás.
Helios prohibió completamente ir a buscarla y mencionarla.
De ahora en adelante, aseguraba que dicho planeta no existía en lo absoluto.

𝙀𝙖𝙧𝙩𝙝'𝙨 𝙍𝙚𝙗𝙞𝙧𝙩𝙝 - 𝘽𝙚𝙩𝙬𝙚𝙚𝙣 𝙨𝙩𝙖𝙧𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora