Rebelión [Kamal Verdi de Secramise]

VII

—¿Realmente puedo volver?—cuestiona Jade mirando directamente a Haveron.

—Si, ya no te necesitamos en Azberzela, pero Marloe si que te necesita—responde con calma entregándole un cofre a la sirvienta que acompañará a Jade de vuelta a su tierra natal.

—¿Sigue el problema del escaramujo?

—Si.

—Creí que mi hermana se encargaría de eso.

—¿Tu hermana?—Haveron se ríe, como si le hubieran dicho el mejor chiste—Por favor, ella es una aliada de Ariana, tu querida hermana fue quien llevo el escaramujo a Marloe y se encargo de esparcirlo por ordenes de la princesa.

—¿De que estás hablando, Haveron?—Jade no puede creer las palabras del príncipe.

—Creo que será mejor que le preguntes a tu hermano, el es el único que será tu aliado en Marloe, Kamal te envía de regreso con su sirvienta más leal para que no te pase nada, Meldea, por favor, no vuelvas a Azberzela.

Haveron le da la espalda a la antigua joya azul y se sube al carruaje donde lo espera Dillan, Jade observa como desaparecen y pronto se escucha un fuerte grito del capitán del barco.

—Jade Meldea, es hora de irnos.

—Si...

Azberzela.

Nunca volverá a esté Imperio.

Kamal se reunió con su antigua niñera, la Condesa Rosse, una de las mujeres más influyentes de Azberzela, con un linaje considerado divino, su odio hacia su progenitor y la difunta Emperatriz eran tan grandes que creo una facción opositora a ellos, donde la mayoría de los nobles son parte, no le costo mucho convencer a los adultos, solo bastaba con ver el comportamiento de ambos gobernante y el de la hija legitima para que se le unieran, su hermano mayor es el Gran Duque del este, una de las pocas familias que pueden cerrarle la puerta a la familia imperial.

—Es un honor estar nuevamente frente a usted, Condesa Rosse.

—Lo mismo digo, príncipe Kamal, futuro Emperador de Azberzela.