Henrik
Hablar con mi madre es como tratar de lograr que un asiático y un español se entiendan sin que ninguno sepa el idioma del otro. Margaret Winslow es la persona más terca del mundo, y que Dios se apiade de ti si no le das lo que quiere, como suele decir mi padre.
—¿En qué momento piensas casarte? —me pregunta, interrumpiendo un silencio que ya se me hacía sospechoso. Dejo mi taza de café en la mesa.
—¿A qué viene esa pregunta?
—Ya tienes treinta y dos.
—Soy consciente de eso.
—¿No lo entiendes? Ya estás en la etapa en que... —Ahí va de nuevo. Vuelvo a tomar mi café. Sus labios se mueven sin parar; está completamente concentrada y no nota que no le estoy prestando atención. Hemos tenido esta conversación diez veces este año, y estamos apenas a mitad de año.
—Lo tomaré en cuenta, gracias por preocuparte, mamá —le digo en el momento en que veo que sus labios dejaron de moverse miles de veces por minuto.
—Todo lo que dije es por tu bien —se gira para mirar a mi padre, quien se estaba esforzando por pasar desapercibido—. ¿Verdad, Michael?
—Claro, amor, siempre piensas en lo que podría ayudar a Henrik —padre hace contacto visual conmigo como expresándome que haga algo.
—Me tengo que ir, se me hace tarde para el trabajo —me levanto y dejo que mi madre me dé un beso en la frente como si fuera un niño.
—Siempre tan trabajador —dice papá con orgullo, en cambio mamá sigue insistiendo hasta que me voy en que debería quedarme. Los visito una vez por semana, pero eso no le parece suficiente.
Una vez en el auto, enciendo el motor y me dirijo hacia la oficina. La rutina es mi refugio, y las reuniones de hoy prometen ser productivas.
Llego a la sede de Winslow Systems y entro con mis escoltas, quienes como siempre deben quedarse en recepción. Mi asistente personal, Ann, me espera en la entrada con una carpeta llena de documentos.
—Buenos días, señor Winslow. Aquí tiene el itinerario de hoy. La reunión con el equipo de desarrollo es a las diez en punto —dice mientras caminamos hacia el ascensor.
—Gracias, Ann. Asegúrate de que todo esté listo para la presentación de esta tarde —respondo, tomando la carpeta y revisando rápidamente los puntos clave del día.
El ascensor nos lleva al piso ejecutivo y nos dirigimos directamente a la sala de conferencias. Ann me informa sobre algunos detalles adicionales mientras nos preparamos para la primera reunión del día.
En la sala, el equipo de desarrollo ya está reunido, revisando los últimos ajustes en el nuevo proyecto. Tomo asiento en la cabecera de la mesa y todos los ojos se vuelven hacia mí.
—Buenos días. Comencemos de inmediato. Quiero un informe detallado del progreso hasta ahora —digo, fijando la mirada en Louis, el jefe del equipo.
—Enseguida, señor —responde Louis y hace una señal a su equipo para comenzar.
La reunión se desarrolla de manera fluida, con informes precisos y respuestas claras a mis preguntas.
Después de varias horas de discusiones técnicas y estrategias de implementación, la reunión llega a su fin. Ann se me acerca con una expresión que indica que hay algo más que necesita mi atención.
—Señor Winslow, el señor Leclerc ha solicitado una reunión urgente. Dice que es sobre el acuerdo de colaboración.
—Dile que puedo verlo a las tres. Tenemos otros asuntos que atender antes —respondo sin vacilar.
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Dulce Oscuridad
RomanceEn las vibrantes calles de Malibú, Alessandra se ve atrapada en un peligroso juego de seducción entre dos hombres poderosos y competitivos. Mientras Henrik, un magnate tecnológico obsesivo, y Niklas, un encantador diseñador de moda, compiten por su...