La vida te llena de sorpresas cuando menos lo esperas, el destino es incierto y trabaja de formas extrañas. Puede llegar a hartar el hecho de que no te recompense por ser una buena persona o que no castigue como debería a quienes son malos. Suele ser frustrante, pero incluso en medio de esa horrible tormenta existe una luz.
Y es extraño como tu vida puede cambiar de un momento a otro.
Hakuji es muy consciente de eso, rebuscando entre sus memorias sonríe ante el primer recuerdo que salta en su mente. Es un recuerdo dulce, quizás empalagoso, y lleno de sentimientos que aún no sabe bien como manejar.
Cuando supo que tenía un destinado, y este era el hermoso omega rubio de la clase de al lado en su universidad, se empeño en cuidarlo desde lejos.
De apreciarlo y quererlo desde las sombras, porque sabía que con todo el historial que se cargaba no sería lo suficientemente alfa para él. No se sentía digno de estar a su lado, no cuando tenía tantos problemas en su espalda.
Aún así, la vida lo sorprendió y el destino le dio un gran empujón, literalmente, cuando una tarde de lluvia tuvo que escampar en el mismo lugar que el rubio después de haberse resbalado al ir corriendo a su casa después de sus clases.
La vergüenza de haber caído de cara justo enfrente del rubio se quedaría para siempre en su memoria.
Empapado hasta las medias, Hakuji miraba de reojo al rubio, quien de igual forma estaba mojado, pues lo había ayudado a levantarse, y cubría como podía la funda de compras con su camiseta. Este también le miraba de reojo en algunas ocasiones, especialmente a los brazos donde el buzo, al estar mojado, se marcaba en los músculos del alfa.
Al principio el silencio los consumió, pues ninguno sabía cómo empezar a hablar, ambos con sentimientos diferentes. Hakuji por la vergüenza de haber caído frente a él y Kyojuro por el temor de incomodarlo.
Sin embargo, mientras más pasaba el tiempo, el habla empezo a fluir de igual forma. Entre susurros y pequeñas risas por lo sucedido, se acercaron el uno al otro sin darse cuenta, hasta juntar sus hombros y hablar de forma amena.
Kyojuro descubrió que el alfa era más accesible y agradable de lo que solía escuchar en los pasillos, donde lo tachaban de mal hablado y peligroso. En realidad, si lo era, pero el omega no tenía porque enterarse.
Aunque Hakuji si admitió, con un sonrojo en toda la cara, que solía ser un poco impulsivo. También, en un ataque de nervios al ver la sonrisa divertida del omega, admitió que en la secundaria se había pintado el cabello de rosa y estuvo en una "pandilla" con su amigos.
Kyojuro soltó una risa algo escandalosa, cubriendo su boca con sus manos por la vergüenza, tenía la pequeña espinita de inseguridad con respecto a ella, pues sus antiguas parejas lo habían tachado de "horrendo" viniendo de un omega.
Sin embargo, para su alfa destinado, había sido el sonido más hermoso que jamás había escuchado y se lo hizo saber. Siempre se lo haría saber.
- Te ríes muy bonito... Tú eres bonito.
- ¿Ah? ¿Qué?
- ¡No, nada! ¡Yo...! ¡Perdón!
Los colores subieron en los rostros de ambos, cualquiera que los viera diría que es por el frío, desviaron la mirada y se mantuvieron en silencio mientras esperaban a que escampara para poder regresar cada uno a su casa.
Ese primer encuentro fue suficiente para que Hakuji agarrara valor de volverle a hablar, además de una larga conversación con sus amigos que le dijeron "Ten pelotas e invitalo a salir", así que preparó un pequeño regalo y busco a Kyojuro para pedirle salir juntos.
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Por cosas del destino
FanfictionAkaza, por cosas del destino, termina al cuidado de una pequeña bebé después de que su madre haya sido atacada por un demonio. Kyojuro, por cosas del destino, terminara cuidándola junto a él después de un pequeño enfrentamiento, formando temporalmen...