Síndrome de buena chica
Wendy estaba friendo huevos en nuestro pequeño apartamento cuando llegué de correr el lunes a la mañana. Me incliné sobre la encimera para mirar. Usó su muñeca para empujar un rizo castaño rojizo de su rostro. Cuando la hebra volvió a caer, extendí mi mano y la envolví detrás de su oreja. Una emoción traslúcida y pálida de color amarillo se arremolinó en su pecho, flotando cálidamente hacia mí.
Volteó el huevo, chasqueando la lengua cuando se le rompió la yema. Al verla en la cocina, deseé que fuera mi verdadera madre para poder haber heredado su genética. Me habría encantado compartir sus gruesos rizos y suave voluptuosidad.
Obviamente me había esperado despierta hasta que llegué a casa el sábado a la noche, entonces me acosó para contarle los detalles, fingiendo estar emocionada cuando en realidad estaba rebosante de ansiedad. Le conté la versión apta para todo el público, dejando fuera los trozos sobre mentir a las personas y tener encuentros extraños con una chica. Se había mordido el labio cuando habló e inspeccionó mi rostro, pero luego aceptó mi historia y se relajó.
Wendy me pasó un plato y me ahuyentó agitando la espátula. Me senté en nuestra mesa redonda, empujando a un lado las facturas impagas y las pruebas de fotos de sus trabajos de fotografía independientes.
-¿Qué vas a hacer hoy?
-Dispatch me contrató para sacar fotos a una conferencia de prensa con el gobernador esta mañana. Debería estar en casa cerca de las cuatro.
Notando la hora, me devoré el desayuno y corrí para prepararme.
Quince minutos más tarde besé a Wendy, preparándome para salir por la puerta, pero ella me ahuecó la mejilla con una mano suave para detenerme.
-Te quiero, dulce niña. -Amor rosa suave sobrevolaba su cuerpo.
-Yo también te quiero -dije. Ella me palmeó la mejilla y me fui.
Eric siempre me recogía para ir a la escuela exactamente a las 7:10. Él era puntual. Me gustaba eso.
-¿Lista? -dijo cuando me subí al coche. Sus ojos todavía estaban hinchados por acabar de rodar fuera de la cama.
-Buenos días, sol -dije. Requirió dos fuertes tirones en la puerta chirriante para que finalmente se cerrara. Retorcí mi cabello húmedo y lo dejé colgando sobre mi hombro. Se secaría lacio y lo tiraría hacia atrás.
Por lo general manejábamos a la escuela en silencio, porque Eric no es una persona madrugadora, pero no habíamos tenido oportunidad de hablar desde que me llevó a casa el sábado a la noche.
-Siempre me he preguntado cuál era tu tipo, pero nunca imaginé que sería ¡una rockera experta!
Aquí vamos. Había estado esperando que estuviera demasiado dormido para esta conversación.
-No es mi tipo. Si tuviera un tipo sería... agradable. No una impetuosa y egocéntrica promiscua.
-¿La llamaste promiscua? -Eric rió-. Vaya, eso es como, el peor lenguaje que te haya escuchado usar en mi vida.
Lo fulminé con la mirada, sintiendo vergüenza, y él se rió con más fuerza todavía.
-Oh, oye, tengo un chiste. ¿Cómo llamas a alguien que sale con músicos?
Levantó sus cejas y me encogí de hombros.
-No lo sé. ¿Cómo?
-¡Baterista! -Sacudí la cabeza mientras él se partía de la risa por su propia broma durante otro minuto antes de acosarme nuevamente sobre Moonbyul -. Muy bien, ¿así que le hablaste de mis Cds, hubo algo de confusión cultural por su jerga, y luego hablaron de hot dogs? Eso no puede ser todo. Parecían realmente intensas.
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Dulce mal - MoonSun ADAPTACIÓN
FanfictionAbraza lo prohibido ¿Qué pasaría si hubiera adolescentes cuyas vidas dependieran de ser malas influencias? Esta es la realidad para los hijos e hijas de los ángeles caídos. La sureña bienintencionada Kim Yong sun ha nacido con el sexto sentido de v...