De los días Oscuros
A las nueve de la mañana siguiente en el balcón ya estaba húmedo y caliente, mientras tomaba un sorbo de mi cacao. No había brisa, y el olor a estiércol de vaca emanaba de un potrero cercano. Wendy salió con su café y lo olió, arrugando la nariz. Abrió su periódico y yo abrí mi libro. No podía concentrarme. Habían ocurrido demasiadas cosas en la fiesta de anoche.
No me gustaba pensar en el día de mi nacimiento, en parte porque no era natural ser capaz de recordar tan atrás, y en parte porque no podía encontrarle sentido al mismo. No sabía cómo debería hacerme sentir, y no quería sentir algo equivocado, si eso fuera siquiera posible. Pero ahora que Moonbyul había elegido esa costra, estaba sangrando y necesitaba ser atendida.
Llamé a la época anterior a mi nacimiento los "días oscuros". No porque fueran malos, sino porque estando en el útero estaba a oscuras. Era como ser mecida por la noche en una hamaca tibia. Lo que más recordaba era el sonido de la voz de mi madre. Ella estaba cantando la primera vez que tuve la oportunidad de escuchar los sonidos gorjeantes. Cuando pensé en probar mis extremidades, empujé hacia afuera al encuentro firme de la resistencia suave que me rodeaba, me hacia volver hacia atrás y reír, rebotar. La voz de Joongi había estado allí durante mis días oscuros, también, retumbando grave y brusca.
Nacer fue desconcertante, demasiado brillante y demasiado frío, pero lo peor de todo fue la sensación de haber perdido algún tipo de conocimiento que había sido un lugar común durante mis días oscuros.
No podía ver bien con mi visión infantil nublada, pero recuerdo el impacto de los ojos del hombre cuando ese día me miraron con fijeza. Estaban llenos con algunos de los conocimientos de los que ahora yo carecía.
Tan solo di no a las drogas, ¿lo harás niña?
Nunca supe si el mensaje del hombre rudo que me había dado había sido en serio o sarcástico. Nunca lo había visto de nuevo.
Todavía podía recordar a la monja, una mujer anciana y arrugada que emitía una paz lavanda pura. Y Wendy de pie junto a mí con su pelo cayendo sobre su rostro el día en que vino a buscarme. Estuvo a punto de explotar de amor cuando me pusieron en sus manos extendidas, como si yo fuera un regalo frágil.
Esa fue la única parte de la memoria que entendí, y por lo tanto podría apreciar libremente: el momento en que conocí a Wendy.
Ahora la miraba al pasar la página del periódico y tarareaba para sí misma. Un tren pasó por la colina a través de la dispersión de los árboles de pino.
-Conocí a alguien que es como yo -le dije. El tren sopló su silbato.
El periódico se deslizó de sus manos y cayó al suelo en un crujido de papel. Estaba sorprendida por la nube negra de tormenta de emoción que se elevó a su alrededor.
-¿Wendy? -susurré.
-¿Quién era? -El pánico en su voz me asustó. Se agarró al borde de la mesa de plástico como para mantener el equilibrio.
-Re-realmente no lo sé -tartamudeé-, pero ayer por la noche hablé un poco con ella.
-¡Aléjate de ella! -Para dar énfasis me señaló y se quedó mirándome con los ojos abiertos.
Sonó el teléfono en el apartamento mientras nos mirábamos la una a la otra. Sonó de nuevo.
-Contesta el teléfono -dijo-. Tengo que pensar.
Me puse de pie de golpe y corrí, respondiendo a la tercera llamada.
-Hey -dijo una voz débil y rasposa.
-¿Eric? ¡Suenas terrible! -Me senté en la mesa de la cocina y miré a Wendy. Estaba sentada con los ojos cerrados, sin soltar el borde de la mesa, su postura rígida.
-Me siento muy mal -dijo-. ¿Cuánto me odias?
-No seas loco, Eric. Estaba preocupada por ti. ¿Estás enfermo?
-Me siento como si me hubieran golpeado con un camión Mack. No me acuerdo de todo, pero lo que sí recuerdo me hace sentir como un idiota.
-Tuvimos suerte de que Hani ayudó -le dije.
-Bah. He pagado por eso. Me hizo levantar a las siete para prepararle el desayuno antes de tener que ir a trabajar. Y no estoy hablando de un tazón de cereal. ¡Estoy hablando de huevos y tocino, todo! Ni siquiera podía ponerme de pie.
Contuve una risa cuando me lo imaginé.
-¿Qué es lo que recuerdas? -le pregunté.
-Me enojé contigo porque pensé que te habías emborrachado, así que empecé tragando una botella de ginebra. Ugh. No puedo ni siquiera pensar en ello o me enfermaré. Entonces todo el mundo se acercaba a mí y me preguntaban si me enteré que Yugyeom te puso una droga, y perdí el control. Sólo recuerdo pedazos después de eso, en su mayoría abriéndome camino por el lugar tratando de encontrarlo. Estoy bastante seguro de que atropellé a unas cuantas personas. Oh, hombre, no puedo creer que me perdiera tanto.
-¿Eso es todo lo que recuerdas?
-Sí. ¿Por qué? ¿Qué más hice? -Miré y vi a Wendy ahora de pie, mirando hacia los árboles con los brazos sobre el pecho. Mantuve mi voz baja-. Hubo un incidente menor relacionado contigo, Yugyeom, y una ventana.
-Oh, no. ¿Hablas en serio? ¿Están todos bien? ¿La ventana se rompió?
-Sí, se rompió, pero todo el mundo está bien. Yugyeom tenía algunos cortes y posiblemente su nariz estaba rota, pero creo que la mayoría era su ego herido. ¿No te duelen los nudillos?
-Me duele todo. Aw, hombre. Ahí van mis ahorros de verano. Tengo que llamar a Jackson y conseguir arreglar la ventana antes de que sus padres vuelvan. Pero, ¿era incluso cierto sobre las drogas? Definitivamente no estabas actuando bien cuando te vi.
Hice una pausa. Otro momento en el que hubiera preferido mentir.
-Había éxtasis en mi bebida, y estaba bajo sus efectos cuando me viste, pero los efectos completos no permanecieron conmigo, por alguna razón.
Dejó escapar un sonido largo, enojado como un estruendo.
-Oye, Eric. Por ahora quiero dejarte descansar. Por favor. Gracias por defenderme, pero no quiero que vayas tras él. Me encargaré de enfrentarlo cuando sea el momento adecuado. ¿De acuerdo?
-Bien -murmuró para aplacarme. No había sonado creíble.
-Gracias -le dije de todos modos.
-Hey, espera un minuto -dijo-. ¿Qué diablos está pasando contigo y Moonbyul? Estaba buscándote cuando escuché por primera vez el rumor, pero alguien dijo que te fuiste con ella.
Mi estómago se tambaleó y miré otra vez hacia Wendy. Estaba seriamente perdida en sus pensamientos. Le susurré:
-Nada pasó entre nosotras. Estuvimos hablando en el muelle. Que se acordaba de mí.
-¿Hablar de qué? Apenas puedo oírte. ¿Está Wendy a tu lado o algo así?
-Sí, lo siento. No sé. Hablamos de drogas, y nuestros padres. Intentar tener una conversación con ella es realmente difícil.
-Son dos polos apuestos, pero podría ser buena para ti. Te hace falta un poco de diversión.
-¡Oh, por favor! -dije, olvidando estar en silencio por un segundo-. No es así. No puedo explicarlo.
-¿Te gusta? -preguntó.
-Me siento... intrigada -confesé.
-Muy bien, muy bien. -Sonó contento-. Eso es un comienzo.
Un comienzo de qué, no lo sabía, pero quería descubrirlo.
ESTÁS LEYENDO
Dulce mal - MoonSun ADAPTACIÓN
FanficAbraza lo prohibido ¿Qué pasaría si hubiera adolescentes cuyas vidas dependieran de ser malas influencias? Esta es la realidad para los hijos e hijas de los ángeles caídos. La sureña bienintencionada Kim Yong sun ha nacido con el sexto sentido de v...