Mute

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En el viaje a casa, la madre de Kevin dijo que le harían unos estudios de la garganta y del cerebro, cosa que le pareció rara y preocupante a Wisam.

Eran mejores amigos, conocían todo uno del otro, pero nunca hablaron de la mudez del chico, era un tema que evadían, y Wisam no sabía nada.

Kevin seguía distante, pero volvió a sonreír cuando llegó a casa de sus tíos, saludando a la mujer con vestimenta extravagante y a un hombre que parecía más mayor que su esposa.

El hombre pidió que no lo trataran formal por qué lo hacían sentir viejo.

En cuanto a la mujer, resultó ser bastante parlanchina, y algo en su personalidad le hacía recordar a alguien.

- Entonces, Wisam- dijo la mujer en cierto punto de la cena- ¿Cómo conociste a Kevin?

- En la escuela, somos compañeros de clase.- Respondió.

-Wisam es muy bueno con Kevin- la madre de Kevin tenía una sonrisa- Siempre le regala cuadernos para que pueda hablar.

Kevin parecío avergonzarse, bajo la cabeza concentrado en masticar.

Wisam lo notó, pero considerando que estaba distante con el decidió no hacer nada.

- ¿No hablas señas? - El señor pasó su mirada de la madre de Kevin a Wisam, ambos negaron - ¿Nunca aprendiste?

- No es necesario hablar con señas para comunicarme con Kevin.- Dijo Wisam, molesto- Si el quiere hablar conmigo lo escribe, si yo quiero decirle algo el escucha. E incluso si no decimos nada nos entendemos.

El señor asintió.

-Te comprendo, pero lo que digo... En todo lo que conoces a Kevin, ¿No sabes nada del lenguaje de señas?

Wisam negó.

El tío pareció decir algo, pero Kevin hizo una seña y el señor cerró su boca, dejando el tema.