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No estaba de ánimos para verlo, pero allí estaba. Jimin suspiro y trató de apresurarse a buscar lo que necesitaba rápidamente para así poder salir de allí antes de ser visto por Eun Woo. Aunque la suerte no estuvo de su lado al tirar la lata de salsa de tomate al piso sin querer, los ojos de Eun Woo se fijaron en él de inmediato.

— Maldición — murmuró dejando la lata de regreso en su lugar y empujando su carro.

Pensó que quizás lo perdió o simplemente ese tono no lo seguía, pero al doblar en el siguiente pasillo, él se atravesó en su camino.

— Vas a seguir evitandome, Park.

— En lo posible — intento esquivarlo sin éxito.

— Oye — tomo el carro con una de sus manos — Lo siento si, me porte como un imbécil, sabes que siempre lo hago— suspiro — Lo lamento.

Los ojos de Jimin lo miraron fijamente de forma detenida buscando algún indicio de culpa y arrepentimiento. Pero no encontró nada de eso. Nunca había nada allí.

— Ni siquiera lo sé.

— ¿Eh?

— La verdad, es que ni siquiera se porque carajos me gustas — sonrió de lado — Si eres apuesto, y el sexo es bueno, Pero siendo honestos — suspiro — Eres tan reemplazable, Cha.

— ¿Qué carajos estás diciendo?— frunció su ceño.

— Se acabó — dijo seriamente tirando de su carro de compras hacia atrás para lograr que lo soltará — Si quieres follar busca a otro, así de simple — le guiño un ojo.

Eun Woo solo se dedicó a ver la espalda del contrario alejarse de él. No podía armar  una escena en ese sitio, obviamente no. Aún así se encargaría de hablar seriamente con ese rubio en un lugar más reservado y privado para ambos.

Mientras tanto, Jimin se apresuró a pagar por sus compras y partir a casa, aunque en todo ese trayecto no pudo evitar reírse de sí mismo. Nunca pensó que sería capaz de mandar al diablo a Eun Woo. Ese tipo le había gustado por mucho tiempo, siempre creyó en sus palabras de:

“Algún día se lo diré a todos”

Sabía que eso no pasaría, pero aún así le creía y depositaba su fe en ello.

Pero ahora lo había hecho finalmente y en lugar de sentirse feliz, se sentía asustado.

— Fue lo mejor que pudiste hacer, Park — se animó a sí mismo.

— ¿Qué es lo mejor que pudiste hacer?— preguntó.

Jimin se volteó y sonrió al ver a Wheein allí.

— Con que al fin te apareces por aquí — dijo caminando con ella a su lado.

— Me iré en unos días a la cuidad — suspiro ella — Te vi a lo lejos y quise saludar, pero no te ves nada feliz en estos momentos, ¿qué sucede?

— Nada importante — le resto importancia.

Ella suspiro e hizo una pequeña mueca.

— Se que mientes por esa razón, yo hablaré y tú solo dirás si o no— propuso con una pequeña sonrisa— ¿Esto tiene que ver con un sexy hombre de unos veintinueve años ojos cafés y pelo castaño?

— No — rió pero al ver cómo lo observaba suspiro y asintió — Algo así.

— Entonces, ¿está relacionado con él?

— Si.

Wheein asintió mientras pensaba en que más preguntar cuando vio a Miyeon.

— También hay un pelinegro de ojos cafés metido en este drama — observó a Jimin quien hizo una pequeña mueca que lo confirmo todo — Carajo.

My Artista |• VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora