Capítulo 7

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Siempre me pregunto cómo estás. Sería magnífico si pudieras escribirme una carta cada semana contándome cómo te sientes. Yo te escribo todos los días, te cuento mis pensamientos y algún que otro secreto. Ojalá supiera dónde estás. Te espiaría desde la acera de enfrente solo para ver si la hermosa sonrisa que tienes te sigue acompañando cada día. Plantaría un árbol en la esquina de tu casa, lo regaría y cuidaría todos los días para que, cuando sea grande y frondoso, pueda usar su sombra para sentarme bajo él y así disfrutar de las veces que te asomes por la ventana o decidas salir a dar un paseo.

No te preocupes si algún día tienes que mudarte. Plantaría otro árbol cerca de ti, lo cuidaría y amaría de igual forma que al primero, hasta que su sombra sea tan grande como mi amor por ti y pueda esperar cada tarde bajo ella, a la espera de ver tu sonrisa de nuevo. Ruego a Dios que estés bien, que me guíe y me lleve de regreso a tus pies, que abra los mares como lo hizo con Moisés y del otro lado me muestre tu rostro una y otra vez.


Con el corazón te amo,

Con el alma te espero,

De rosas es el ramo,

Que se seca en el ropero.

Este amor ya no es prudente,

Me arrebata mis sentidos,

Quiero hablar de frente,

Y que sientas mis latidos.

Mis susurros hoy te gritan,

Tu silencio me confunde,

Las palabras se limitan,

Mi amor por ti se hunde.

Abrazos gratis, tengo el corazón roto.Where stories live. Discover now