Capítulo 12

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Se sentía muy raro ser tan popular. Algunas personas me daban consejos, algunos otros lloraban al verme y, por supuesto, otros querían que les contara la verdadera historia de amor entre Marisol y yo. A veces, cuando me abrazaban, sentía como si me estuvieran dando el pésame o como si sintieran lástima por mí.

La banca donde solía regalar abrazos en el jardín de la unión se convirtió en un buen lugar para escribir acerca del amor, colgar algún detalle o simplemente escribir algún mensaje para Marisol por haberme dejado. Aquel sitio se convirtió en una verdadera obra de arte; la banca estaba llena de detallitos, corazones, calcomanías, frases de amor, etc. Los jóvenes acudían a mí para que les hablara del amor, las parejas me abrazaban como parte de un ritual para que su amor nunca terminara.

Parecía que estaba viviendo un sueño. Vinieron varias televisoras a entrevistarme. Para ser honestos, me ponía muy nervioso frente a la cámara y me sentía muy incómodo cuando me preguntaban dónde estaba Marisol o el por qué de nuestra separación. Nunca respondí a esas preguntas, solo se me ocurrió decir que en mi libro de poemas estaban todas esas respuestas.

Jorge, el chico de la estudiantina, se volvió mi mano derecha. Él me ayudaba con las redes sociales, con la venta de los libros e incluso a agendar citas con youtubers que querían que participara en sus videos. Me sentía muy raro, puesto que nunca imaginé que a mis 70 años la vida fuera a sorprenderme de esa manera. Era hermoso saber que mantener ese gran amor por Marisol ahora me estaba dando frutos.


Que soy muy viejo para amar,

Es lo que dice la gente,

Pero no te puedo olvidar,

Siempre estás en mi mente.

Los jóvenes aman a diario,

Y olvidan lo que dicen,

Pero mi amor no es ordinario,

Aunque muchos lo analicen.

Déjate amar por este hombre,

Nunca huyas de mi lado,

No necesito tu nombre,

Solo quiero ser amado.


Abrazos gratis, tengo el corazón roto.Where stories live. Discover now