Una mañana, cuando bajé de la combi frente a la Alhóndiga de Granaditas, uno de los chicos que vende papas y refrescos me gritó: "¡Don Andrés! ¡Venga rápido!"
Esperé a que no pasaran carros y crucé la calle para hablar con él; se veía muy emocionado "¡Mire, mire! Es famoso", dijo mientras me enseñaba videos en su teléfono. Tuve que sacar mis lentes de la bolsa de mi camisa para ver con más detalle. Eran videos de la noche en que Jorge había contado a los turistas mi historia. "No soy famoso", le dije "Son solo los videos que me tomaron hace unos días por culpa de Jorge."
"Se volvió viral, Don Andrés. Hay miles de videos hablando de usted" dijo mientras pasaba su dedo por la pantalla, cambiando de video en video donde se hablaba de mí. Quedé sorprendido. Pasé como 30 minutos viendo videos donde la gente reaccionaba a mi historia. Algunos lloraban, otros me comparaban con historias de canciones, algunos otros se preguntaban dónde estaba Marisol e incluso muchos se ofrecían a buscarla. "Ya ve que sí es famoso", me dijo al ver que estaba realmente anonadado. "Yo que usted, empezaría a cobrar por esos abrazos", agregó.
No sé ni cómo llegué al jardín de la unión. Me la pasé pensando en toda esa gente que se tomó el tiempo para opinar de mi historia. Ni siquiera imaginaban el dolor tan grande que comenzó con todo esto. Para variar, pensé en Marisol y me dio miedo que dondequiera que ella estuviera, se enterara de la forma en la que había terminado mi vida: un viejo que nunca pudo salir adelante después de su partida. Aunque después de un rato, me alegré de que ella pudiera verme. Seguro estaba con alguien más, seguro tenía hijos y nietos, pero al verme, se arrepentiría de haberme dejado. "Seguro se va a sentir mal de ver cómo un hombre desperdició su vida solo para honrar su amor", dije para mí mismo "Te vas a arrepentir de no haber valorado el verdadero amor".
Y tal vez en otra vida,
Me puedas dar tu amor,
Hoy tengo esta herida,
Que solo da dolor.
Le ruego a mi Dios,
Que vuelvas a mi lado,
Pero tú ya has dicho adiós,
Aunque esté decepcionado.
De tus recuerdos viviré,
De los besos que nos dimos,
Y aunque no sé a dónde iré,
Sé de dónde vinimos.
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Abrazos gratis, tengo el corazón roto.
RomanceDespués de ser abandonado por su esposa, Andrés intenta superar la depresión regalando abrazos a desconocidos en una de las principales plazas de la majestuosa ciudad de Guanajuato. Décadas más tarde, el anciano Andrés, de 70 años, se vuelve viral e...
