Capítulo 23

1 0 0
                                    

Recuerdo que en una ocasión, durante una presentación de mi libro, una pareja de chicos se me acercó con un poco de nerviosismo. Querían que les firmara mi libro, lo cual acepté con gusto.

«¿Cómo haces para amarla aún después de todos estos años?» preguntó la chica, como si esperara que le diera la respuesta mágica para permanecer al lado de su novio por el resto de la vida. Pensé en responderle lo que quería escuchar, que el amor verdadero duraba para siempre y que las personas que se iban eran porque no eran las indicadas, que algún día conocería el amor verdadero y estarían destinados a estar juntos por siempre etc. Pero claro, no tuve el valor de hacer eso. Así que simplemente pedí inspiración al creador y luego pregunté, «¿Él es tu novio?» El chico asintió con la cabeza.

Luego le dije, «Sé que lo amas y que sientes que debes amarlo por siempre. Sé que el dolor de solo pensar en que se vaya es tan fuerte que casi parece real, aunque solo es parte de nuestra imaginación. Las relaciones no tienen que durar para siempre, a veces basta con una hora o con 8 años, pero esos amores morirán hasta el día que nos vayamos de este mundo. Yo nunca dejé de amar a Marisol, y siempre vivirá en mi corazón, pero eso no significa que sea la única mujer a la que pude amar. Ustedes son jóvenes, no se preocupen por el mañana, disfruten su gran amor de hoy porque inevitablemente algún día su relación terminará, ya sea por separación o por la muerte. Pensamos que seremos eternos y nos aferramos a los amores, pero siendo sinceros deberíamos amar con la conciencia de que podría ser el último día. Todas las noches me pregunto cuál fue el último beso que le di a Marisol, cuándo fue el último te amo que le dije, pero simplemente no lo recuerdo. Hoy me arrepiento de saber que pude haber disfrutado esa última noche a su lado. Ella dormía mientras yo lloraba en silencio, mi corazón me decía que era la última noche que estaría a mi lado, y así fue. Esa noche pensé en todas las noches que habíamos dormido juntos y cómo quisiera volver el tiempo para disfrutarlas con más intensidad. Recuerden vivir su vida con intensidad, vivan su amor con intensidad, porque no saben cuándo será ese último beso.»

Los chicos me miraban perplejos como si no hubieran entendido ni una sola palabra. Me sentí un idiota por tratar de hacer entender a unos adolescentes lo que a mí me había costado aprender por muchos años. Sonreí y pregunté, «¿Alguna duda?» El chico que parecía ser muy tímido me dijo, «Creo que sí, debo amarla mientras dure.» Me eché a reír y pensé en lo claro que había sido. «Exacto, ámala mientras dure, ya sean 5 meses o 70 años.» Los chicos se miraron sonriendo. Luego me agradecieron y se fueron. «¡No vean tantas telenovelas!» les grité a lo lejos. Las telenovelas apestan, pero aún así las veía.


Ama mientras puedas

y disfruta del camino,

son amplias las veredas,

que te guían a tu destino.

Sé feliz en el presente,

es lo único que tienes,

trata de ser diferente,

disfruta de tus bienes.

Si algún día me recuerdas,

cuéntales cómo me llamo,

y aunque los labios te muerdas,

cuéntales cuánto te amo.


Abrazos gratis, tengo el corazón roto.Where stories live. Discover now