Capítulo 13

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Los días pasaron y yo estuve en mi habitación encerrada, estudiaba para la EVAU, aunque mis padres insistian en que no era necesario, si queria realizarla en Barcelona tendría que ir a una universidad privada en la que la nota de corte no aplica, en definitiva estudiaba para pasar el rato.

-Edda me cansé necesito que me lo cuentes todo- Duna llevaba días intenta decirle que es lo que pasaba entre Héctor y yo.

-Duna dejame estudiar- me quejo con el mismo argumento de los últimos días.

-Me cansé, Edda vive la vida y deja de estar encerrada, no necesitas estudiar tanto y lo sabes- me queta lo apuntes y me obliga a mirarla- cuentame lo que te pasa- dijo con un tono dulce para convencerme.

Y después de casi una semana yo también me cansé, la situación me superaba. Mi vida se resumia a estudiar, ver mis fotos con Héctor y mirar sus historias de instagram en las que estaba de fiest en la mayoría y a veces acompañado de otras chicas.

-Héctor y yo estuvimos juntos pero lo dejamos- a mi hermana parece no sorprenderle la confesión.

-Eso ya lo sé, pero que os pasa ahora?

-Como que lo sabes- yo no le conté lo que me pasaba con Héctor nunca.

-Me lo contó Mateo, se enteró por accidente y bueno Alex le pareció oírlo un día.

-Hay dios- si Alex lo escucho seguro que más gente también.

-Me puedes contar lo que os pasó.

-Pues que lo dejamos, no valemos para estar en una relación a escondidas me cansé- resumo omitiendo algunas partes, como por ejemplo la amenaza de Lara.

-Te dejo el?- pregunta mientras me abraza.

-Fui yo- un silencio se instala en mi habitación durante unos segundos.

-Por eso él está así- dice más para ella que para mí.

-Así como?- su confesión me ha preocupado.

-No sé si debería decírtelo.

-Duna por favor- no hace falta que insista mucho para que empiece ha hablar.

- Es que últimamente está muy raro, sale casi siempre de fiesta, vuelve borracho y ya le han llamado la atención en el club.

Mierda, todo esto es por mi culpa seguramente.

-Yo llamaría a Marc y le preguntaría por él- me recomienda mi hermana- pero haz lo que quieras, me voy que quedé con Alex m, cualquier cosa llámame.

Ella se va y yo me quedo sola con mis pensamientos, reflexiono sobre todo lo que está pasando y decido hacerle caso a mi hermana.
Pero voy ha llamar a Lola, ella es una mujer y seguro que me entiende mejor y me cuenta la situación.

-Hola- a los tres tono noto como descuelgan al otro lado.

-Edda- reconozco la voz de Marc al otro lado del teléfono, suena como si fuese su salvación- donde estás?

-En mi casa, te pasa algo?- me está preocupando su tono de voz.

-Héctor está borracho y se niega a volver a casa- suspira y continúa hablando- quiere verte.

Lo último me rompe el alma, Héctor está así por mi culpa. Lo peor es que son las 8 de la tarde y ya está borracho.

-Donde estáis?- quizás sea una locura pero voy ha ir a buscarlo, me necesita y voy a ir por él como vino por mí cuando lo necesité.

-Yo- se queda callado-no se si esto está bien hecho- titubea pero finalmente me lo dice- estamos en temple grec- están en uno de los bares de copas más famoso de Barcelona.

-Voy ahora- le digo mientras me pongo los zapatos.

-Edda quiero que sepas que está muy roto- hace una pausa y continúa- no es el Héctor de antes, lo rompiste.

Sus últimas dos palabras me queman por dentro, una cosa es ser consciente de ello y otra es que te la digan a la cara relativamente. A pesar de eso decido ir, por suerte mi padre quedó a cenar cerca y con la escusa de ver a unos amigos le pido que me lleve.

-Gracias- agradezco a mi progenitor al llegar.

-Nada de alcohol- me advierte- cualquier cosa me llamas.

Asiento y salgo del coche, en la entrada veo a Lola y voy directa hacia ella.

-Edda- su cara se ilumina al verme- por fin llegas, Héctor solo dice tu nombre.

Entramos en el local y Lola me lleva hasta donde están Héctor, Marc, Kala, Gavi y otro chico que creo que es Fermín.

-Hola- saludo tímidamente y noto como Héctor se gira bruscamente al oír mi voz.

-Edda- dice mi nombre en un susurro que logró escuchar, al mismo tiempo veo una lágrima recorrer su mejilla- por fin viniste- se acerca a mí pero se marea y Marc le agarra antes de que se caiga.

Me acerco a él, estamos a un paso y él se tira a mis brazos, lo escucho sollozar y mi corazón se rompe en pedazos al saber que yo soy la causante.

-Héctor- trato de calmarlo pero sus palabras contra mi cuello me frenan.

-Es por tu culpa, tú ya no me quieres y yo no te olvido- dice entre sollozos- Edda yo solo me veo contigo, dime que me quieres, solo una vez más- su voz me suplica.

Cojo su cara entre sus manos y lo hago, hago lo que me pide, cumplo su deseo a pesar de saber que mañana no se acordará.

-Te quiero Héctor, eres mi veneno- le digo de forma que solo él me escuche- y ahora tenemos que irnos.

-A casa no- dice mientras vuelve ha abrazarse a mi cuerpo.

-Yo os puedo llevar en mi coche, pero no sé a dónde- me dice Marc.

-Voy ha llamar a mi hermana, a lo mejor podemos ir a casa de Balde- Marc se queda con Héctor mientras hablo con mi hermana

-Duna necesito tu ayuda- le digo nada más descuelga la llamada.

-Que necesitas- le cuento el problema y después de hablar con Alex me dice que si.

Vuelvo a donde están los chicos, veo que han sentado a Héctor pero este cuando me ve agarra mi mano y no la suelta.

-Nos puede llevar a casa de Alex- Marc asiente y entre él y yo sacamos a Héctor del bar.

En el coche vamos Lola, Marc, Héctor y yo. Los dos primero delante mientras que Héctor va a mi lado encima de mi pecho. Está tan borracho que no sabe ni él lo que dice, yo le acaricio los rizos para que se tranquilice.

Al llegar Alex nos ayuda a llevarlo a una habitación, le quitamos la ropa y nos vamos para que descanse.

-Edda no- su grito hace que nos giremos todos- quédate conmigo- yo asiento y me tumbo a su lado.

-Ya hablo yo con sus padres y los nuestros para dormir aquí- asiento y todo se van, nos quedamos los dos solos.

Héctor encima mío y yo disfrutando de poder tocar sus rizos, estar junto a él.

-Te amo Edda- dice mientras duerme.

-Yo también te amo Héctor.

Veneno y Envenenados|| Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora