Monkey D. Luffy

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Se despidió de el esa noche, estaba algo mosqueado al ver el pequeño ser darle un ligero beso en la mejilla y trataba de comprender ese sentimiento, recorrió los pasillos del hospital haciendo su rutina de siempre, avanzaba saludando a todos, escuchando sus historias pero sentía algo distinto, eso era lo que siempre hacia y antes le parecía muy divertido pero ahora le faltaba algo, paso por la habitación del tercer piso donde lo había visto ese día

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Aun no sospechaba de que el lograra verlos, lo ignoraba al ser poco divertido ya que no se asustaba de nada, le gustaba hacer que el grito corriera de un lado a otro, estaba riendo de lo gracioso que era verlo cuando lo vio de reojo, se asomo levemente a ver lo que estaban haciendo, le pareció extraño y decidió seguirlo, curiosamente opto por hacerlo muy discretamente, como estaba en modo espía se sintió con la necesidad de ocultarse pese a su estado fantasmal, noto con extrañeza que no iba al primer piso donde siempre estaba tomando fotos del sitio y entro en la habitación del tercer piso, se asomo levemente y vio como tenia en sus manos a un pequeño pájaro, checaba con mucho cuidado el ala de este y lo miraba con ternura, esbozo una leve sonrisa la cual le sorprendió a Luffy, no lo había visto sonreír desde que llego al lugar, seguía atento a lo que hacia

-Afortunadamente estas mejor de lo que crees, solo esta adolorida pero no te preocupes, con un buen descanso estarás mejor para mañana- saco un pañuelo de su bolsillo y dejo a la pobre ave encima de este, ya la tenia vendada y coloco una pequeña tapa  con agua para que bebiera y algunas migajas de pan

-Lamento no poder llevarte pero en mi casa hay un oso que aun no controla sus impulsos y terminaras siendo su cena- veía como comía para su fortuna, para el cualquier paciente que se rehúsa a comer es terrible así que se alegro de sobremanera al ver que tenia hambre, lo dejo en esa habitación y se fue hacia el primer piso, Luffy salió de su escondite y vio al pequeño pajarito, esbozo una gran sonrisa

-Así que el es muy buena persona- decidió seguir al pelirrojo para seguir divirtiéndose

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Lo extrañaba mucho y lo resintió mas esos días que no podía asistir al hospital, estaba aburrido, para el su rutina ya no era la misma desde que lo conoció, miraba por la ventana de ese mismo cuarto cuando recibió la visita de Shanks y consoló su soledad, para el su mentor lo era todo y le daba muy buenas ideas, le encanto esa donde podría ayudar a Torao sin que el este, decidido se dispuso a buscar mas defectos en el edificio para tenerlo contento, desafortunadamente para el  esos pequeños  seres lograron hacer un buen trabajo en el edificio A, se quedo pensativo y recordó el edificio B pero a petición de Shanks no podía ir a ese, nervioso comenzó a pensar que algún día Torao debía ir a ese edificio

-Tengo que hacerme mas fuerte y así podre protegerlo- veía con firmeza sus puños y decidió entrenar para fortalecer su energía,  parte del entrenamiento lo odiaba, tenia que recordar esos momentos donde Law estaba en peligro para poder concentrar su control y era algo difícil para el, no le gustaba verlo así y de  solo recordarlo lo hacia sentir muy mal pero Shanks  le había dicho que esa era la mejor forma

-El sentimiento de impotencia- sudaba levemente mientras estaba concentrado, recordaba la ultima ocasión donde esos tres lo llevaban a fuerzas hacia el sujeto rata que tenían enfrente, se sintió fatal cuando este les dijo que si no fuera por ellos no lo habría atrapado y eso hacia que sus sentimientos de impotencia fueran en aumento, de pronto sintió una corriente recorrer todo su cuerpo, sus cabellos se erizaron y de repentinamente sintió un calambre en toda su alma

-DUELE!!!- se rindió al suelo en el techo del hospital y observaba el sol en lo alto

-Torao, juro que lograre protegerte a ti y a los demás- pese al ligero dolor que había sufrido siguió entrenando ese día, Shanks no regreso hasta tarde, este mismo le pidió de favor que le ayudara con el rondín de la noche a Zoro y Luffy decidió ayudarlo para que no se perdiera, paso a lado de esa habitación y sin pensarlo volvió a adentrarse a ella, recordaba con cariño ese momento en que vio el verdadero corazón de Law, era muy reacio a mostrar su sentir a los demás y le fascinaba pensar que el lo descubrió, sentía gran nostalgia al extrañarlo que no se movió en todo el día de ahí concentrándose en su entrenamiento, sintió que había avanzado algo y paseo por el hospital, como siempre emanaba positividad y alegría, se asomo hacia fuera con una falsa esperanza de verlo llegar pero vio como Zoro estaba entrando al lugar, lo saludo alegre por su regreso ya que no lo había visto en todo el día, acompaño a Shanks y Zoro en el rondín cuando de pronto escucho algo extraño, era un llanto, decidió buscarlo y dio con los jardines espesos detrás del edificio A, fue directo hasta el ruido hasta que la vio, una pequeña niña de cabellos morados recogido en una coleta frotaba sus ojos con ambas manos, tenia un vestido verde oscuro con pequeños motivos de flor verde limón, estaba sorprendido, los únicos que entraban al lugar eran hombres o chicos comúnmente varones, era raro ver mujeres, chicas y en su caso niños y especialmente una niña, estaba desconsolada y decidió ayudar

Hospital FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora