Hospital Fantasma

Capitulo 38: Desastre tras desastre

Podía verlos claramente, sus padres estaban preocupados, mencionaba personas que no estaban ahí y decía cosas extrañas, aún siendo sus progenitores le tenían un poco de repelús, eso hizo que le pequeña niña se volviera en extremo tímida, intentaba no hablar con la gente a menos que la conociera o hablara con sus padres, era difícil diferenciarlos y no quería parecer extraña o loca por hablar con alguien quien se supone no existe, un día, en las vacaciones fueron a un campamento de verano, en el conoció a una niña que tenia casi de su edad, ella la invitaba a conocer un lugar abandonado, un hospital antiguo cerca del campamento, al llegar tal fue su sorpresa de ver a más niños ahí, era una trampa, ellos deseaban apoderarse de su cuerpo y la atacaron creando estigmas en su cuerpo, sus padres desesperados fueron en su búsqueda encontrándola malherida en ese lugar abandonado, de inmediato al ver las marcas en su cuerpo y lo que ella les había contado anteriormente de sus habilidades de ver y sentir fantasmas se comunicaron con la Familia "Taka no me", llegaron a tiempo para ayudarla, el exorcismo en si fue doloroso para la pequeña, en sus ojos pudo ver qué esas almas sufrían, eran un conjunto de pacientes del antiguo hospital que trataba la lepra hace muchos años atrás, espíritus malignos contaminados por sentimientos negativos, cuando fue poseída por algunos sintió su odio y rencor ante aquellos doctores que los maltrataron, solo buscaban paz y fin a su sufrimiento, para lograrlo tomaron la forma de niños para que así se compadecieran de ellos, desde ese día ella decidió ayudarlos, con el tiempo su fama de ser extraña y tétrica la perseguía pese a ser muy buena persona, su timidez y asocialidad se incrementaron gracias a todos esos malos comentarios, siempre estaba sola

-Me gusta tu collar- se sorprendió al escucharla, miro hacia el frente, una chica de 12 años como ella, cabello liso semi largo y ropa casual sonreía mientras le decía de su joya, una piedra que le ayudaba en protección contra espíritus malignos

-Es de un color azul precioso ¿Donde consigo uno?- pregunto entusiasmada, la joven estaba nerviosa y no deseaba responderle, sabía que si le decía la asustaría pero si no respondía ella se marcharía, sin tener otra opción le dijo

-En la tienda esotérica de la esquina saliendo de la escuela- se veía muy nerviosa, la chica estaba sorprendida y temía que la criticaría

-¿En serio? ¿Cuánto te costó? Quiero uno- se veía muy alegre a lo que sorprendió a la tímida joven

-Perdón, mi nombre es Daniela, puedes llamarme Danny - extendía su mano hacia ella, aún seguía nerviosa y se sonrojo levemente

-Yo... me llamo... me llamo... Ivette- la miraba y apartaba la vista rápidamente en ciertos instantes

-Mucho gusto- sacudía su mano y se sentó a su lado provocando nervios en ella quien ya no tenía forma de socializar al estar siempre rodeada de fantasmas y apartarse de los demás

-Es hermosa, ¿Me acompañas a comprar uno?- la invito a salir juntas de la escuela ella aunque tímida se molestó un poco al pensar que ella no le tomaba importancia al asunto del esoterismo y como este la tenía en esa forma de vida

-No son accesorios de belleza, estos son...- reclamo evitando sus ojos

-¿De protección no?- se sorprendió y volteo a verla

-Se que son para alejar espiritas malignos, ¿O era a espíritus vengativos? No quiero que me molesten en la noche además es hermosa, las que he buscado son negras y yo no quiero esas- vestía ropas alegres y casuales por eso se negaba al negro, Ivette no creía lo que escuchaba

-Es para los espíritus malignos, los vengativos son más fuertes y solo van contra la persona que les hizo daño- le platicaba a lo que Danny se veía interesada