𝐍𝐢𝐤𝐨𝐥𝐚 𝐓𝐞𝐬𝐥𝐚 ||𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬

𝐕𝐈𝐈𝐈 || 𝓨𝓸𝓾𝓷𝓰 𝓪𝓷𝓭 𝓫𝓮𝓪𝓾𝓽𝓲𝓯𝓾𝓵

Miraste hacia afuera a través de la pequeña ventana de tu oficina. Estaba nevando, aunque apenas era finales de octubre.

La nieve, por lo que se veía, era blanca como la seda recién hilada. Era un día especial para ti y Nikola, pues era su quinto aniversario de bodas.

Ustedes dos se conocieron en tiempos difíciles, tú recientemente enviudaste, estabas deprimida y él era nuevo en Estados Unidos y estaba completamente arruinado.

Tenías una buena cantidad de dinero y él era el hombre más encantador y carismático que habías conocido. No pudiste evitar enamorarte perdidamente de él.
Él, por otro lado, te dijo que no era un hombre que se casara y que enamorarse tan rápido era poco realista y absurdo, pero aun así insististe. Después de un año más o menos, te propuso matrimonio y, por supuesto, dijiste que sí. ¿Quién le diría que no a un serbio tan seductor?

Finalmente el reloj dio las cinco, agarraste tus cosas y básicamente saliste corriendo de la oficina, aunque teniendo cuidado de no tropezarte con la nieve o el hielo.

Cuando llegaste a casa te diste una ducha y entraste en la habitación de Nikola y tú.

Te pusiste el vestido azul pálido, el sombrero francés azul claro y los tacones de aguja de diez centímetros, atados con un cordón blanco. Después, te recogiste el pelo, te hiciste una trenza holandesa hasta el cuello y recogiste el resto del pelo en un moño.

Luego comenzaste con tu maquillaje, lo hiciste de un color claro, a excepción de tus labios, que siempre los mantuviste de un rojo oscuro. Los dejaste así solo para que resaltaran un poco, no demasiado, solo la cantidad perfecta. Sabías que al final de la noche estarías hecha un desastre, tirada en la cama.

Justo cuando te ponías el perfume y el sombrero, escuchaste a Nikola entrar. Saliste y lo besaste suavemente. Él ya estaba vestido.

—¿Está lista para irnos, señora Tesla? —preguntó Nikola.

Asentiste mientras él tomaba tu mano.